La ganadería fue adquirida por Moisés Fraile en el año 1987, por sus venas corre la sangre de los míticos "rabosos"/ FOTOS: Pablo Angular
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TOROS
Actualizado 03/01/2017
María Fuentes

Los astados de esta ganadería pastan en la finca 'Puerto de la Calderilla' mientras el invierno ya azota con fuerza y la niebla cubre la majestuosidad del Campo Charro

MARÍA FUENTES

Es la historia el más grande ejemplo de la vida humana, es aquello que se instituye con la experiencia y se corrige con el ejemplo. Hay ganaderos que hacen grande su nombre, porque hay ganaderos con una historia detrás que les avala cuya vida y dedicación es el mayor ejemplo para los que lo siguen. Hablar de Moisés Fraile es hablar de una figura emblemática en el Campo Charro, él supo construir su gran obra hasta lograr posicionar la ganadería de El Pilar en un referente, en una de las predilectas que hoy apuesta por la línea del tesón y la constancia para seguir ahí, que no es fácil.

La ganadería fue adquirida por Moisés en el año 1987, por sus venas corre la sangre de los míticos 'rabosos' de procedencia Aldeanueva, unos astados que pastan en la finca 'Puerto de la Calderilla' en Tamames, donde azota con fuerza ya el invierno y la niebla se empeña en teñir el prestigioso Campo Charro. Allí, el toro se siente cerca, huele a tierra mojada y se aprecia y se disfruta la belleza de la anatomía del animal en su máximo esplendor.

Allí se siente el campo charro como cuna de toros, viven por y para el animal. La estela la sigue Moisés hijo, con su padre como ejemplo a seguir, y siempre consciente de que su familia es una de las más importantes en la cría de toros bravos. Hablamos con él.

¿Qué balance hace de la temporada que acaba de concluir?

La temporada ha sido bastante regular, empezando sobre todo bien en Sevilla que para nosotros es un talismán. Sevilla es la Catedral del toreo y aunque el nivel de exigencia es muy alto siempre hemos funcionado bien. La corrida de toros fue muy buena, cortó dos orejas López Simón y pudieron ser más. Eso ya nos dio moral para el resto de la temporada.

La ganadería en rasgos generales ha embestido, hemos lidiado en plazas importantes como Madrid, Logroño, Salamanca, Palencia, Valencia cinco años después? etc. El balance es positivo pero cada vez el nivel está más alto porque hay mucha competencia. Ya no es como antes, ahora a las ganaderías que están arriba le embisten por lo menos tres toros, antes te embestía un toro y la corrida era buena, ahora tiene que embestir por lo menos la mitad de los toros que lidian para el balance de la tarde sea bueno.

Un final de temporada con cosas muy positivas?

La verdad es que sí, que al final de la temporada hemos tenido tardes muy completas. La de Salamanca y Logroño con los triunfos de Ponce es algo que estábamos esperando desde hace mucho tiempo. Ponce a lo largo de su trayectoria ha lidiado más de 30 corridas de toros de El Pilar y no habíamos logrado nunca esa sintonía de triunfo rotundo, sí había cuajado toros sueltos pero nunca esa comunión entre toro y torero tan rotunda.

¿Hacia dónde va la ganadería?

Siempre queremos seguir creciendo pero la verdad es que si hace diez años me dijesen que iba a conseguir lo que hemos logrado probablemente no me lo creyera. Hemos sido referentes para todas las figuras y lo difícil siempre es mantenerse. Seguimos ahí. Llegar es muy difícil pero mantenerse es más aún. A veces parece que cualquier ganadería que llega y tiene dos corridas buenas parece muy reveladora, pero conseguir estar tantos años es muy difícil. Ver carteles del Pilar de hace 20 años en plazas importantes y que entre las ganaderías anunciadas sigamos estando eso es lo difícil. Tiene mérito y nosotros lo valoramos.

Lo cierto es que las figuras siguen pidiendo el toro de El Pilar?

Así es. Nosotros perseguimos el toro con clase. El Pilar ante todo es bravura, porque para conseguir embestir tan despacio y tan entregado con clase tienes que ser más bravo que otro. El toro bravo tiene unas embestidas que emocionan, tienen que tener una embestida franca, con clase, sino de poco sirve que un toro emocione si lo que trasmite es peligro. Los toreros cuando cogen un toro del Pilar tienen sensaciones distintas, los toreros que se enamoran de nuestros toros lo hacen de verdad.

¿Cómo afrontáis la realidad que vive la Fiesta?

La verdad es que han sido unos años muy malos y la crisis económica ha repercutido mucho en la Fiesta. Nosotros no nos podemos quejar pero han sido años muy duros. Hemos lidiado diez o doce corridas en grandes Ferias. Ha bajado el precio del toro, es verdad, pero nos hemos mantenido.

¿Y los ataques diarios a los que os tenéis que ver sometidos?

Son críticas continuas desde el desconocimiento. Aquí no somos todos tontos, los que estamos alrededor del toro somos gente preparada, esto es un negocio y un motor económico, somos un sector muy evolucionado intelectualmente, probablemente más que el que critica. Lo cierto es que esos ataques diarios que es verdad que existen cobran fuerza porque el sector está desunido, y me critico a mí mismo en primera persona. Es muy difícil poner de acuerdo a todos pero al final, es espectáculo es tan grande, que gracias a la fuerza del aficionado siempre ha podido con todo. Tenemos que lograr más unión, remar todos en una misma dirección y demostrar con hechos la fuerza que tenemos.

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