El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor" (Lc 2, 10-12).
Cuentan de Gandhi que, aunque no era cristiano, admiraba y amaba apasionadamente a Cristo. Pero no le entusiasmaba tanto la vida de los cristianos. Una tarde hablaba del cristianismo a sus discípulos sentado a la vera de un río y, de repente, Gandhi interrumpió su discurso, se levantó, entró en el río, tomó de su fondo un guijarro y se lo mostró aún chorreante a sus oyentes. Después con otra piedra partió el guijarro en dos y mostró a sus discípulos que su interior estaba seco. "Así ?les dijo- le ocurre a Occidente. Lleva dos mil años bañado por la doctrina de Cristo, pero aunque esta doctrina ha pasado y pasado sobre su piel, por dentro está seco, por dentro no es cristiano".
Luego Gandhi siguió hablando del nacimiento de Cristo y dijo:
"Cuando oigo cantar "gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres" me pregunto dónde se da hoy verdaderamente gloria a Dios y dónde hay hombres en paz.
Mientras sigamos llamando paz al hambre insaciada de muchos y mientras no hayamos desarraigado de nuestro mundo la violencia. Cristo no habrá terminado de nacer"
Un día, hablando de la Navidad, se preguntaba Gandhi: "Me gustaría preguntarles a los cristianos qué han hecho de la Navidad". La Navidad es el mayor regalo que nos ha dado Dios: a su Hijo. Dios se ha hecho hombre y lo festejamos en Navidad, pero quizá no estamos centrados en el misterio. Pero yo me pregunto si nos damos cuenta de lo que eso significa para la humanidad.
Navidad es ¡"un encuentro enamorado"! dentro de una gran Historia de Amor, donde hay una ruptura por infidelidad, unos celos patológicos y el desastre de los pseudo amores. Finalmente el momento álgido de la historia de amor, cuando los dos protagonistas (enamorados) vuelven a encontrarse. Ese encuentro, ¡es Navidad!
Navidad es un beso de amor en la carne humana, es un abrazo irrompible, es el "dos en uno" por excelencia, es el sueño más grande que podemos soñar. Es Dios y nosotros y nosotros y Dios de manera ya definitiva. Un encuentro enamorado dentro de una Historia de Amor. Con sus altos y bajos. Su momento inicial, que sucede cuando Dios, por Amor quiere compartir lo que es y lo que tiene, y piensa en nosotros que somos su hechura y su mejor reproducción.
La Navidad es la fiesta de la comunicación y del encuentro, una fiesta mucho más honda y gozosa que todos los inventos de nuestra sociedad de consumo. "Ya bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste" (San Juan de la Cruz).
El nacimiento de un niño: siempre es motivo de alegría y esperanza. El nacimiento de un niño- Dios es un misterio y evangelio, es lo mejor que nos podía suceder y lo que nadie se atrevería ni a soñar. "No puede haber tristeza cuando nace la vida" (San León Magno). El mensaje de Navidad para todos es el de alegría porque Dios ha plantado su tienda en medio de nosotros. Tenemos motivos para el júbilo radiante: Dios se ha hecho hombre y ha venido a vivir con nosotros. Ya nunca estaremos solos. "Que bien sé yo la fonte que mana y corre aunque es de noche" (San Juan de la Cruz).
Dios sigue naciendo. Y donde nace Dios florece el amor, la esperanza, la paz, la solidaridad, la justicia, los derechos humanos. Sin embargo, no podemos olvidar, que todavía hoy hay muchos hombres y mujeres privados de la paz, la justicia, la dignidad humana y, sufren el frío hambre, pobreza y marginación.
Dios ha nacido. Dios se hace hombre, es uno de los nuestros. Tiene corazón de ser humano. Jesús, de una familia pobre, nació en una ciudad insignificante. Dios sigue naciendo y lo hace como entonces, en lo más sencillo, frágil, y solitario. Él puede nacer en cada corazón humano, especialmente de los más necesitados, pobres y marginados. Sólo exige que se le permita nacer, Él se encarga del resto.