Lo dijo Martin Luther King, "nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda"
"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda". La frase es de Martin Luther King, y sí, la estupidez puede ser insistente, e incluso molesta. En ocasiones es casi una habilidad innata; en otras, simplemente un vano intento por eludir el papel de secundario. A un bufón se le disculpa casi todo, a un cargo público no. Es más, se le exige honestidad, honradez, credibilidad, respeto al cargo que ostenta y seriedad.
Un político vale, indudablemente, lo que vale su palabra. Por ello será valorado y catalogado. Las nuevas formas de hacer política no pueden ser sinónimo del todo vale. ¿Se imaginan a un cargo público, pongamos un concejal o diputado, mandando un comunicado a los medios de comunicación anunciando su dimisión cuando en realidad lo que quería era gastar una broma el día antes de los Santos Inocentes? Dejen de imaginarlo, todo es posible. Ahora traten de imaginar qué debería hacer este cargo público con escaso sentido del humor y el mínimo respeto institucional. Quizá la torpeza le valga de excusa.
Por cierto, Gabriel de la Mora, Feliz Navidad.