OPINIóN
Actualizado 26/12/2016
Alejandro Vélez
Sin duda Aznar ha descorchado el espumoso más amargo que el Partido Popular podía saborear en estas fechas de espumillón y luces de colores.
Su renuncia como presidente de honor de un partido a mi juicio desnortado, es un corte de mangas a una forma de hacer, de ser y de obrar. Pero no les quepa duda que lo peor de todo es que les importa un bledo a las élites de su partido.
Las presidencias de honor en el Partido Popular, quitando la de Manuel Fraga, no son más que un reconocimiento y un respeto de plástico. Una espúrea forma de aprovechar el tirón interno y externo. De subirse al carro de un liderazgo para una vez exprimido obviarlo sin ningún miramiento.
Aznar ha acabado hastiado de su propio dedo. El apéndice de Dios. El mismo al que muchos deben su mamandurria y su posición, empezando por el tenue Rajoy y siguiendo por el Partido Popular como tal.
Quizás esto del apéndice tenga que ver con una forma caduca de hacer. Y que siendo errónea en sí misma además provoca que en ciertos individuos florezca el desagradecimiento más nauseabundo. Y ejemplos populares hay a mansalva, y no solo en la capital del reino.
Y aunque este que les teclea alguna vez utilizó ese dedo designador, poco divino en mi caso. Doy fe que ni estoy orgulloso del acierto de mi dedo, ni es garantía de acierto y mucho menos de justicia.Y que siempre cuatro o más ojos ven mejor que dos.
Si que es cierto que a día de hoy el ex presidente abogaba por eso de un militante un voto, de abrir el partido, recuperar ideología y aplicar firmeza a la labor de gobierno. Algo que junto con algunas otras cosas no gustaba nada en el anillo rajoyniano. Pero con las que por el contrario están muy deacuerdo gran parte de su militancia y un buen grueso de sus votantes. Puede que se diera cuenta que eso de "digitalizar" no sirve.
El Partido Popular actual es un partido sin ideario, sin credo, ni doctrina. Únicamente responde a la llamada primaria de la supervivencia, un estilo muy Walking Dead. Y esto es uno de los principales debes que Aznar anota en su salida.
Porque ya saben que para mantenerse a flote vale todo y que girar el rumbo en función únicamente del beneficio personal, a pesar de todo y de todos, es ley.
La pérdida como referente de quien para mi ha sido el mejor presidente de gobierno que ha tenido en muchos años esta democracia aún bisoña, es una derrama que cualquier partido como tal que se precie no debe permitirse. Con sus luces y sus sombras, por trayectoria, por experiencia y sobre todo por la perspectiva. Esa que da el vivir lejos del foco de la galerna.
El Rajoynismo entre otras muchas cosas ha limpiado al Partido Popular de referentes. El fuego amigo se ha llevado por delante todo aquello que pudiera hacerle sombra o plantearse en términos de igual ascendencia, todo aquello que no se controle o pueda plantear algo distinto a lo insulso.
Pero que Jose María Aznar haya dejado la presidencia de honor del Partido Popular es una gran noticia. Es la mejor manera de recuperar la referencia enmudecida, de ponerle verbo al achantamiento actual.
Acabaré con un párrafo de sus memorias que el aplicaba a la tírria enfermiza que suscitaba entre la izquierda española, pero que hoy bien podría aplicarse a su salida a medias del Partido Popular que el moldeó y que ha sido incapaz de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
"He servido a mi país con decisión, entrega y una pasión que algunos pueden considerar excesiva, pero no estoy hecho para ocultar convicciones. Me duele y desprecio tantas actitudes repugnantes que conozco".
Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Y Aznar dijo adiós