Nos preguntábamos cuando Rajoy nombró nuevo gobierno la suerte que correrían la media docena de castellano-leoneses que venían ocupando altos cargos en Madrid. Y cerrado el baile de nombramientos, el balance es que cuatro de ellos han sido confirmados en sus puestos y a otros dos les han agradecido los servicios prestados, si bien uno de estos últimos tenía las espaldas cubiertas: el ex director general de la Policía, el salmantinoIgnacio Cosidó, recién designado por las Cortes para cubrír el escaño autonómico del Senado que el PP ha mantenido vacante cerca de un año.
Como era de prever, la ministra Fátima Báñez renovó su confianza en los dos altos cargos del ministerio de Empleo y Seguridad Social: el secretario de Estado de la Seguridad Social, el vallisoletano Tomás Burgos, y el Subsecretario del departamento, el palentino Pedro Llorente Cachorro.
La mayor incógnita consistía en la decisión de la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, sobre los tres castellano-leoneses que venían ocupando cargos durante la etapa anterior. El resultado es que dos de ellos han sido confirmados y otro ha sido sustituido. Siguen en sus puestos el vallisoletano Javier Castrodeza, secretario general de Sanidad y Consumo, y la palentina Rosa Urbón, directora del Instituto de la Mujer.
El relevado ha sido el también palentino César Antón, quien en enero de 2012 renunció a su acta de procurador en las Cortes al ser nombrado por la ministra Ana Mato director general del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). Antón, que había sido consejero de Sanidad y de Familia en sucesivos gobiernos de Juan Vicente Herrera, ejercía en la fecha de aquel nombramiento de asesor en el llamado "valle de los caídos" de la consejería de Presidencia, bautizado así por haber sido lugar de paso de altos cargos de la Junta cesados o dimitidos, caso en su momento de los actuales consejeros Carlos Fernández Carriedo y Antonio Sáez, de la ex viceconsejera de Economía, Begoña Hernández, y actualmente de la ex vicepresidenta Rosa Valdeón.
El problema de Antón es que al marcharse a Madrid cayó en desgracia a ojos del consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, quien ahora no está por la labor de reintegrarle al susodicho "valle de los caídos", con lo que tendrá que agenciarse otro destino en la AdministraciónAutonómica, de la que es funcionario del Cuerpo Superior.