El 8 de octubre pasado clausurábamos en la Peña de Francia la Asamblea Diocesana, a la que nos dedicamos durante los dos años anteriores, ya que la Asamblea se abría el día 8 de septiembre de 2014 en la Catedral Nueva de Salamanca, con motivo de la fiesta de la Virgen de la Vega, patrona de Salamanca y su tierra. Las conclusiones fueron puestas a los pies de la Virgen de la Peña de Francia en el día de la clausura. Nos quedaba el reto de ir poniendo en práctica cada una de las 90 conclusiones o propuestas de la Asamblea.
La promoción de esta puesta en práctica se había encomendado a una comisión específica para la aplicación de las propuestas de la Asamblea. Y dicha Comisión nos convocaba a todos los diocesanos a una celebración festiva, de carácter múltiple y peregrinante, para el pasado 10 de diciembre, con el objetivo de presentar al pueblo de Dios las Propuestas de dicha Asamblea y el inicio del proceso para irlas poniendo en práctica. Se trataba de la apertura de la Primera Etapa de Aplicación de la asamblea Diocesana, que durará hasta el próximo 4 de marzo, en que tendrá lugar un nuevo encuentro que sirva de test de la aplicación de las Propuestas.
El Encuentro de puesta en marcha de la Primera Etapa daba comienzo a las diez de la mañana en la parroquia de la Purísima, y allí se hacía una sencilla oración de cantos, lecturas, comentarios y silencios. A continuación se marchaba, sin organización especial, a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Ahí un vídeo nos ayudaba a recordar las diversas etapas en las que se desarrolló la Asamblea y las diferentes partes en las que se agrupan las deferentes Propuestas.
Un nuevo paseo libre nos condujo a la parroquia de San Martín, donde hubo otra celebración orante similar a la primera de la Purísima. Por fin, una nueva marcha libre nos conducía a la última celebración y entrega de Propuestas a la Comisión de Seguimiento, con lo que se daba comienzo a la primera Etapa de puesta en marcha de las Propuestas de la Asamblea Diocesana. El encuentro, muy apreciado por la mayoría de los asistentes, terminó con una comida de fraternidad en la Casa de la Iglesia.
Los retos de la Asamblea, al menos por esta vez, parece que no se van a quedar en papeles que contienen muy buenas reflexiones y deseos. Ojalá así sea.
Las Propuestas de la Asamblea Diocesana se articulan en tres apartados: 1º) Propuestas Apostólicas de renovación espiritual; 2º) Propuestas Apostólicas de renovación pastoral; y 3º) Propuestas apostólicas de renovación estructural para la misión.
En el primer apartado, las propuestas se articulan en torno a la vivencia y celebración del Domingo, que podría culminar en la elaboración de un Decreto sobre "La pastoral de la Eucaristía y del Domingo". Otro capítulo recoge las propuestas que podrían articularse en torno a un "Proyecto Diocesano de Iniciación Cristiana y Catequesis". Se pone de relieve la necesidad de profundizar en la formación de la fe de todos los cristianos como proceso vital que parte de la primera evangelización y no termina hasta una plena madurez cristiana, que incluso continúa con el acompañamiento en la fe y la formación o maduración permanente de la misma fe. Finalmente, algunas de las proposiciones se articulan en torno a "La Fe que sale a la calle, acoge al hombre y a la humanidad de hoy". La fe no está concebida para permanecer en el interior de las sacristías o en los grupos estufa que nos mantienen calentitos dentro de las iglesias.
El apartado segundo sigue profundizando sobre la iniciación cristiana y la catequesis, y sobre la celebración de la eucaristía. Pero después se explaya en la Iglesia que sale a evangelizar y servir, centrándose en el primer anuncio, y en la evangelización de los adolescentes y jóvenes y de las familias, pasando luego a señalar propuestas en torno a la caridad y justicia evangélica, con exigencia de crear espacios de reflexión, escucha y diálogo con sectores de dimensión secular. La tarea se encarga a los sacerdotes, laicos y religiosos o consagrados.
El tercer apartado recoge propuestas de organización de personas, de acomodación de sectores de evangelización y de promoción de órganos de comunión y de organización territorial.
Un proyecto de gran envergadura, que va a exigir de todos nosotros una actitud de profundización espiritual, y de renovación personal, pastoral y de estructuras, que nos introduzca en un estado o proceso de avance actualizado y adaptado a las necesidades del hombre de hoy y de nuestra iglesia diocesana.