Estos días cercanos a La Navidad, los restaurantes se llenan de reservas de cenas de empresa.
Hace algunos años, cuando la crisis económica no golpeaba tan fuerte, casi todas las empresas ofrecían una cena y en muchos casos una gran cesta cargada de productos navideños y de la tierra, que hacían la compra de Navidad más llevadera. Hoy son pocas las que lo hacen, pero sí se mantiene ese espíritu de reunirse todos los empleados con sus jefes. Algunos de ellos aparecen solo ese día porque siempre está muy ocupado para hablar con los empleados.
Las grandes empresas han disminuido su presupuesto de tal manera que ya, ni calendario dan a sus empleados.
Los trabajadores ahora costean estas cenas para mantener la tradición y algunos por no quedar mal con los demás acuden, pero sin ganas. Y es que en ciertos trabajos ocurre como en las familias, que tienes que hacer de tripas corazón por acudir con la mejor de tus sonrisas, engalanado para que no crean que te va mal, y pasar como puedas el rato de la cena. Por suerte existen muchos colectivos que se llevan muy bien y que ansían estas fechas para disfrutar, desfogarse y como no, criticar al jefe.
Sea como fuere la realidad es que no es fácil encontrar reservas para estas fechas tan señaladas y cuando la encuentras la relación calidad precio deja mucho que desear, porque algunos restaurantes más que preparar una cena de Navidad, hacen el agosto.
Hay personas, que aunque no son trabajadores de ninguna empresa, deciden reunirse a celebrar su amistad y brindar por ella, Jóvenes que celebran por adelantado la NOCHE VIEJA, alumnos de clase o simplemente un grupo de buenos amigos o amigas que quieren desearse lo mejor para el próximo año.
A todos nuestros lectores y seguidores desde estas líneas les deseo. ¡FELIZ NAVIDAD! Con cena, o con una copa de champán.