A partir de los ocho años el regalo recurrente que pedíamos a los Reyes Magos eran artículos de fútbol: Botas de tacos de suela, medias, pantalones, camisetas, rodilleras, espinilleras, y artilugios de esa naturaleza que, por entonces, eran muy primitivos. Por entonces, había pocas colecciones de cromos completas de futbolistas, pocos cuentos de relatos futbolísticos, pocas imágenes editadas en películas o vídeos de fútbol, nada de resúmenes de partidos o de goles mágicos marcados por los fenómenos de la época. Aún recuerdo mi aprendizaje con unas viñetas de Kubala que se mostraba en tres fotos por fascículo haciendo gestos técnicos con la pelota; nos enseñaba a cubrir el balón, cómo pasarlo entre las piernas del contrario, cómo pasar la pelota al compañero utilizando las superficies de contacto, etcétera.
Desde el año 2009, ya de mayor, mi capricho personal de Reyes Magos fue recibir la edición de mi propio libro escrito a lo largo de cada temporada, trufado de ideas de gestión de personas, motivación, liderazgo, comportamientos individuales y en equipo, salpicado de metáforas y frases de reflexiones, etcétera. El relativo al año 2017 ya está en imprenta con la colaboración de Ushuaia Ediciones, quienes me ayudan de manera muy profesional. Como ya no puedo jugar el fútbol decidí disfrutar pensándolo, desarrollándolo, compartiéndolo? Es una necesidad vital. Adrede, mis ensayos de fútbol contienen asuntos controvertidos del juego, ayudan a ver un poquito más allá de lo habitual, son como crónicas sociales futbolísticas, contraponiendo opiniones de futbolistas, entrenadores, aficionados y periodistas. Jugando con la pluma y el ordenador, me siento partícipe de ese viaje intelectual y escribo, una vez más, a los Reyes Magos para que me sigan aportando ideas futbolísticas y compartirlas con mis lectores. O sea, una gozada?
Salamanca, 14.diciembre.2016.