Se echaron de menos los capachos lanzados desde la torre de la iglesia, aunque lo que no faltó el sábado fue una gran hoguera para rememorar esta costumbre
Aunque los quintos pasaron 'a mejor vida', los jóvenes se resisten a perder algunas de las tradiciones que rodearon a la 'llamada a filas' una vez que alcanzar la mayoría de edad en estos momentos suele tener coincidencias con el momento de 'la talla'. Reminiscencias de aquellas tradiciones de quintos es 'la capachera', fiesta que los jóvenes de Sobradillo celebraban la víspera de la Inmaculada.
Esta celebración consistía en el lanzamiento, desde lo alto de la torre de la iglesia, de capachos utilizados en la recolección de aceituna, además de una gran hoguera, similar a la que se organizaba durante la Nochevieja con motivo de la llegada equinoccio de invierno.