Llegaste a mi cual la fortuna,
Con los reflejos de tu luz hermosa
Sonríe la onda azul, el cielo llueve
Y se abre el corazón como una rosa.
Sueño sintiendo tu latido,
Mientras el alba por oriente asoma,
Y siempre pensando si se ha ido
Mi corazón te sigue cual paloma.
Con tu fecunda y viva llama,
Echan raíz los tallos tembladores
Se estremece el corazón, como mi alma
Y en los desiertos amanecen flores.
Eres luz al asomar la aurora,
Nube en la tarde, en la noche estrella;
El aire impalpable se colora
Con el iris celeste de tu huella.
Y sueño cada día con tenerte
Con tenerte sueño cada día,
Y mis ojos sueñan poder verte
Y pensando que pronto serás mía.
Andrés Barés Calama.