OPINIóN
Actualizado 06/12/2016
Redacción

Al común de los mortales, ese que se ve y se desea para llegar a fin de mes y gracias, hay ciertas cifras que le marean, y más cuando uno comprueba que Hacienda no somos todos y que el celo del inspector y del ministro Montoro está más al hurgue del pequeño que a la barrabasada del grande. Lo digo por aquello de la amnistía fiscal y por ese festival de trucos para defraudar a Hacienda que se gastan ciertos colectivos. Primero fue Messi, luego Ronaldo, para que no se acuse a Montoro de simpatías futboleras, total, que aquí estamos frotándonos las manos porque si de algo presumimos es de ser unos reconocidos envidiosos y eso de que el personal gane un potosí y no pague lo correspondiente es para darles un balonazo ahí en toda la jeta. Y me da igual que se llame Ronaldo o Imanol Arias, si Hacienda grava al autónomo y al que tiene un pequeño negocio con auténtica saña, que la use también para quien más gana. Y no es envidia, que también, sino justicia social. Manda huevos como dice Trillo que andemos pagando siempre los mismos y el resto del personal haga trampa y media para sortear sus obligaciones, yo siempre digo que me encantaría pagarle más y más a Montoro, porque eso significaría que gano más, ese más que me permitiría seguir gastando como una posesa y levantando el país yendo de compras a mi barrio y haciéndole un boicot a Amazon hasta que tribute donde tenga que tributar.

Al final convenzámonos de que la opinión de la gente corriente tiene importancia y no tanto se trata de Karma o de boicot como dice Trueba. A la gente no le gusta su película y punto, no se trata de recordar unas infaustas declaraciones cuando casi vives de aportaciones públicas. A Mercadona se le va a notar lo que ya todo el mundo sabe, que nadie da duros a cuatro pesetas, y muchos se pensarán lo de comprar ahí o en otro sitio que seguro que tiene también prácticas aberrantes, pero bueno? a Imanol Arias no lo soporta ni su sombra y de eso se trata, de que manifestemos nuestro rechazo más absoluto a aquello que no se puede pasar por alto. Es lo que tiene andar en la plaza pública, que caes bien o caes de culo, y por mucho que a uno le guste Ronaldo, si resulta que le sisa a Hacienda, pues nada, a no comprarse los calzoncillos que anuncia. La opinión del común no es tan inocua como parece, señores, y a veces sorprende, que se lo digan a Trump que ha salido elegido porque el personal está hasta las narices y tiene ganas de hacer una peineta. A ver ahora cómo se las apaña el señor, a mí me daría un infarto de esos fulminantes porque una cosa es predicar y otra dar trigo, pero claro, los hay con una cara de teflón que no se inmutan. Y hablando de todo un poco, yo de Iglesias iba a entrar por el aro el día seis y además con la camisa de franela y las mangas arremangadas, para ser más proletario. Y no digamos Rufián y su obsesión por los condones. Nos están dando un buen rato ahí en la Carrera de San Jerónimo y encima, nos suben la miseria de salario mínimo. Por eso y porque Hacienda somos casi todos, a ver si dejamos de defraudar al personal y arrimamos todos el hombro de una buena vez, señores. Y los del congreso más, que para eso les pagamos bien y les dejamos una pensión que olvídate de la hucha de las pensiones, carajo.

Charo Alonso

Fotografía: Fernando Sánchez Gómez.

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