MI REGALO
Hoy seis de diciembre hace veintinueve años que nos casamos Antonio y yo. Tras siete años de noviazgo un día decidimos casarnos a la vieja usanza. Una boda como las de antes. Nuestro enlace estuvo engalanado con música, coro y danza. El coro de voces blancas dirigido por Pilar Magadán y del que Antonio había formado parte acompañando con su flauta travesera y su gaita y tamboril, cantó la misa castellana haciendo vibrar a todos los asistentes. Los amigos de ronda, tamborileros y bailadores de distintos pueblos de la provincia, acompañaron con sus bailes al igual que los numerosos chicos y chicas del pueblo de Villares a los que hablamos enseñado a bailar con todo nuestro cariño y con los que disfrutamos muchos días maravillosos.
Fue muy difícil tomar la decisión de casarme con el traje de charra, pero por amor se hace todo, hasta renunciar al vestido blanco con el que todas soñamos.
El éxito de nuestra relación se lo debemos al amor incondicional que brotó un 3 de junio de 1980, desde ese día estamos juntos surcando mares, volando lejos, emprendiendo una y mil aventuras, aprendiendo de los errores y superándolos con paciencia.
Cada día es como la preparación de un buen menú, hay que poner buenos ingredientes, mucha calma para cocinarlo y mucho amor al degustarlo.
Cada día doy gracias a Dios por la suerte de tener a mi lado a una buena persona que intenta hacerme la vida agradable, que aguanta mis manías y mis defectos y exalta mis virtudes.
A lo largo de estos años nos hemos ofrecido toda clase de regalos: Viajes idílicos, cenas románticas y muchas joyas, pero el mejor regalo es seguir juntos un año más. Por eso en este aniversario tan especial quiero regalarte mis más sinceras palabras que nacen del corazón y que sin duda ayudarán a algunas personas a darse cuenta que merece la pena seguir disfrutando de otro aniversario de boda.
Antonio gracias por todo el amor que siempre me has dado, por estar a mi lado en los buenos y no tan buenos momentos, por ser un ejemplo de persona luchadora y tenaz. Gracias por ofrecerme una vida llena de aventuras y por lograr que la rutina no se instale en nuestras vidas.
En este día tan especial quiero que sepas que el mejor regalo es saber que cada día sigues a mi lado llenándome de amor.
Se recoge lo que sembramos y nuestro hijo Miguel es el mejor fruto, gracias por ser un padre diez y por enseñarle tantas y tantas cosas que sólo se pueden aprender en la familia, siguiendo los valores de los padres.
Nuestro enlace es muy constitucional y lo seguirá siendo.
¡FELIZ ANIVERSARIO!