Una cualquiera de las muchas que necesitan arreglo urgente, la de los hermanos Pinzones, que eran unos marineros, una de las pocas bocacalles de María Auxiliadora que se encuentra dejada de la mano de los servicios municipales. Y me refiero a que por aquí no pueden pasar ciertos servicios, como el camión de la basura, por lo que no existen contenedores y algunas personas, cansadas de caminar un corto trecho, depositan las bolsas de basura en su puerta para gozo de perros, gatos y gamberros.
La otra mañana los bomberos tuvieron que acudir por una urgencia y se armó el jaleo, el espectáculo, algún roce, espejo del coc
he blanco a la chatarra y una demostración de pericia del conductor. Llena de coqueras, de baches y de parches, por sus mínimas aceras los peatones han de circular en fila india, demostrar su educación por la necesidad de cederse el paso o salirse a la calzada. Aparcar en tamaña estrechez es una odisea para expertos y los retrovisores peligran, raro es el día que no aparece uno roto.
La solución para nosotros, que no somos ingenieros de caminos, ni canales, ni puertos y mucho menos urbanistas avezados, pasa por suprimir una de las filas de estacionamiento y devolverle a la vía un poco de normalidad, con aceras dignas como dignos son los ciudadanos que la habitan.