OPINIóN
Actualizado 04/12/2016
CÁRITAS

Mi nombre es Javier, 49 años y comencé mi vida laboral con juventud, ilusión y ganas de abrirme un futuro, lograr un medio de vida, una familia y cierta calidad de vida.

Trabajando, con el tiempo me di cuenta que la felicidad no solo consiste en tener un trabajo que cubra tus necesidades básicas. ?No sirve estancarse.- El verdadero aliciente esta en adquirir otros conocimientos y habilidades, vivencias y experiencias que te ayudan a avanzar en lo profesional y madurar en lo personal.

Todo funcionó mejor o peor durante años, algunos objetivos se olvidaron, algunos se alcanzaron pero todo se dio la vuelta hace ya algún tiempo, y fui también arrastrado por la situación de crisis sufrida en toda la sociedad por la falta de oportunidades etc? El sistema ha sufrido cambios que nos enfrentan a nuevos retos, que ponen en jaque nuestros proyectos y dificultan el desarrollo laboral y personal.

Ahora, en situación de ser ayudado, me acerqué a Cáritas Diocesana y contacté con sus orientadoras a través de entrevista en su servicio de empleo. En mi entrevista encontré a alguien que con su sonrisa, con sensibilidad, escuchó mi situación, dando apoyo a mi estado de ánimo, rescatando la inquietud que tenía anteriormente, con optimismo, dejando en mí una huella imborrable. Con esa atención, recuperé la esperanza y pienso: "Hay que volver a sembrar, regar y saber esperar?" Ahora, soy yo quien quiere afirmar a todos: DEJA TU HUELLA y dar las gracias.

Javier

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