Últimamente debido a la crisis socioeconómica y a la utilización de los más vulnerables, hasta las celebraciones parecen tristes, cuando no debería ser así, porque hoy se celebra el Día Internacional de la Discapacidad que tiene como finalidad primordial concienciar a la población sobre el valor añadido social que supone la diversidad funcional y la inclusión de los grupos más vulnerables como son las Personas con Discapacidad (PcD). También hoy se celebra el compromiso social, la solidaridad y los niveles de equidad y justicia a los que hemos llegado. Y unos pueden ver el vaso medio lleno y otros lo verán medio vacío; pero unos y otros deberían poner sus esfuerzos en mejorar la situación de manera efectiva.
A nivel internacional el punto inflexión lo constituye la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006 y como siempre en el desarrollo legislativo que esta propone nuestro país va muy despacio. Ya han pasado 10 años, una década, y sólo han existido fotos, buenas intenciones y pocas realidades para el día a día en el que se manejan con desventajas la PcD por sus necesidades educativas, sanitarias y sociales que siguen sin estar debidamente cubiertas. Constituyen un grupo poblacional injustamente tratado, existen demasiadas barreras y no son sólo físicas o arquitectónicas, lo triste es que muchas de ellas son mentales y culturales. Está claro que existe mayor tolerancia y respeto; pero todavía la conducta predominante es el paternalismo y la caridad frente al Derecho.
Se pueden buscar muchas excusas para justificar esta situación; pero la verdad es que avances de los ultimos años han sido más teóricos que efectivos. Por ejemplo, las buenas intenciones de la ley de Dependencia, que fue un horizonte positivo para las PcD con dependencia ha sido instrumentada y su desarrollo actual está en mínimos y al amparo de la arbitrariedad de los populistas que es la especie que más predomina en el amplio espectro sociopolítico español, tanto nacional como autonómico y municipal. Esta prestación social debería ser nacional para garantizar su objetividad y control, su universalidad y su equidad y así no se vería envuelta en vaivenes oportunistas.
En mi opinión, lo que hoy se debe perseguir es conseguir mayor concienciación sobre la necesaria e imprescindible inclusión efectiva de las PcD y mejorar su Bienestar y Calidad de Vida a través de la promoción de los 17 objetivos del Desarrollo Sostenible establecidos por la Naciones Unidas que persiguen un mundo mejor. Es decir, más inclusivo e igualitario con y para las PcD. Para ello habrá que tener en cuenta la barrera mental y cultural del contexto actual y la situación de crisis de valor y valores por la desorientación creada por un progreso mal comprendido que conlleva la satisfacción inmediata y el interés por lo accesorio.
Por último, aprovecho para FELICITAR a todas aquellas organizaciones, asociaciones, profesionales y personas que trabajan día a día por y para conseguir esta misión porque esto supone un valor añadido en una Sociedad avanzada y moderna. En nuestra ciudad y provincia hay muy buenos ejemplos que no voy a enumerar porque no quiero cometer el error de dejar alguno fuera. Para Todos ellos, mi Enhorabuena y a seguir porque cada vez somos más y, aunque vamos muy despacio, avanzamos. Y cuando se avanza en términos de Justicia Social y Equidad se progresa en Sostenibilidad.
JAMCA