“Basta de violencia de género, ni una menos”

En la última década más de 800 mujeres han sido brutalmente asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas hombres, siendo la primera causa de muerte entre mujeres jóvenes en el mundo.

La violencia de género, que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo, es el símbolo más brutal de la desigualdad existente entre mujeres y hombres. Constituye un frontal ataque contra los derechos humanos fundamentales del colectivo femenino, tales como: la vida, la integridad física y psicológica, la libertad, la sexualidad, el libre desarrollo de la personalidad y la dignidad.

El hombre que impone sus gustos, amenaza, coacciona, acosa, controla, insulta, veja, menosprecia, golpea, viola o asesina a una mujer no es ni un enfermo, ni un toxicómano, ni un alcohólico, sino un agresor, y como tal, debe ser señalado socialmente y juzgado.

No hay que olvidar que cualquier mujer por el mero hecho de serlo puede sufrir violencia de género, más allá de su nivel económico, creencias, edad, nacionalidad o estudios. No hay perfil de mujer maltratada. Todas podemos ser víctimas.

Resulta especialmente preocupante la violencia de género en las relaciones de pareja entre las personas jóvenes, en la cuales no se produce un intercambio afectivo igualitario, sino una dominación y sumisión de la mujer por parte del hombre, que reproduce e intensifica los roles machistas y patriarcales tradicionales. A ello contribuye, sin duda, el control a través de las nuevas tecnologías y de las redes sociales, si tu pareja te vigila a través de whatsapp, espía tu móvil, utiliza tus contraseñas de internet o publica en la red imágenes o vídeos íntimos tuyos sin tu consentimiento, está ejerciendo violencia de género, eso no es amor sino control.

Porque la violencia de género debe convertirse en una cuestión de Estado, porque es un problema de toda la sociedad: de hombres y mujeres, porque las personas que somos igualitarias, creemos, luchamos y defendemos los derechos de las mujeres somos más, porque no podrán callarnos si levantamos al unísono la voz, plántale cara al maltrato, señala con el dedo al maltratador y grita alto y claro para dar voz a las víctimas: Basta ya de violencia de género. Ni una menos.

1. Por todo ello, manifestamos:
2. -Tener derechos es la gran conquista de la humanidad pero los derechos de las mujeres han estado siempre en último lugar.
3. -Convertir a las víctimas en culpables es la táctica de toda forma de discriminación y el modo de perpetuarla.
4. -Ni la violencia es un distintivo masculino, ni la sumisión la conducta esperada de las mujeres.
5. -Si hay algo que define al agresor es su normalidad, una doble cara, un doble comportamiento, una doble moral.
6. -La principal herramienta para erradicar y prevenir la violencia de género es la educación.
7. -Denunciar, denunciar y denunciar. No bajes la guardia, no des nunca segundas oportunidades.
8. -Nuestra liberación es lenta, silenciosa y pacífica. Sólo mujeres y hombres podremos acabar con ese terrorismo tantas veces invisibles, que es la violencia de género.
9. -No son suficientes las leyes que velan por la erradicación de la violencia de género, es necesaria la implicación de toda la sociedad en contra de esta lacra social. El silencio nos hace cómplices.
10. -Atención a las pequeñas y casi imperceptibles formas de control y abusos de poder, que restringen y violentan reiteradamente el poder personal y la autonomía de las mujeres.
11. -La violencia de género es un problema de primer orden. El Estado debe procurar la ayuda integral a las mujeres víctimas de violencia de género y garantizar su seguridad, así como la de sus hijas e hijos.
13. Fotos: Alberto Martín