OPINIóN
Actualizado 26/11/2016
Redacción

Que nadie se confunda. La cita no fue en el conocido club de alterne de nombre caribeño ubicado en la autovía de Castilla, a escasos kilómetros de Tordesillas. El encuentro se ha producido en un lugar mucho más discreto y nada mal surtido: un asador especializado en lechazo al horno y suculentas carnes rojas. "Mi capricho", por más señas.

Los comensales habrían sido convocados por el diputado abulense Pedro J. Muñoz, que, de antigua mano derecha del caído Óscar López, ha pasado de ser el mandatado desde Sevilla para coordinar el susanismo rampante en Castilla y León. Congregados en torno a la mesa, cuatro de los ocho secretarios provinciales del partido en Castilla y León (en Ávila va a cumplir tres años la gestora provisional que sustituyó a la ejecutiva derrocada por un golpe de mano dirigido precisamente de Muñoz y López). A saber, Tino Rodríguez (León), Fernando Pablos (Salamanca), Juan Luis Gordo (Segovia) y Antonio Plaza (Zamora). Además de ellos, el ex secretario provincial de Burgos y fervoroso madinista, Chema Jiménez, y el senador vallisoletano Emilio Álvarez, otro que se ha arrimado al sol andaluz.

En la anterior relación se echa en falta la presencia de los otros dos secretarios alineados en el susanismo: la palentina Miriam Andrés, fiel escudera de Julio Villarrubia, y el soriano Carlos Martínez, portavoz de los compañeros nada mártires en el Comité Federal que aprobó la abstención a la investidura de Rajoy. Y también extraña la ausencia de la diputada vallisoletana Soraya Rodríguez, la susanista mas mediática de todas las susanistas.

¿No fueron invitados Andrés, Martínez y Rodríguez, o es que no pudieron asistir? "El topillo" se inclina más bien por lo primero y ello obedecería al deliberado propósito de los comensales de restar protagonismo a los tres ausentes, compañeros de viaje que no les resultan del todo cómodos. Muñoz y compañía apoyaron en bloque en su día a Luis Tudanca en su mano a mano con Villarrubia, quién sin embargo contó con el apoyo del soriano Martínez, antiguo peón de la desaparecida en combate Carme Chacón. Y el exhibicionismo de Soraya Rodríguez simplemente es que echa para atrás incluso a sus coyunturales aliados.

Desconoce "El topillo" si alguien se hizo cargo de la cuenta o la factura de "Mi capricho" se pagó a escote, algo que habría supuesto todo un exceso de gasto para la mayoría de los comensales, acostumbrados al módico precio del menú subvencionado que se sirve en el Congreso, el Senado y las Cortes Regionales.

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