OPINIóN
Actualizado 25/11/2016
Redacción Comarca

La reciente y súbita muerte de la exalcaldesa de Valencia muestra una vez más (con los datos que tenemos a través de la prensa) la indisoluble unidad entre lo psíquico- lo emocional y lo mental- y lo somático. Ningún sujeto puede manejar adecuadamente un cambio vital tan brusco y significativo como pasar de los placeres de la gloria, el triunfo social y el poder, al rechazo generalizado, a ser objeto de investigación de la justicia, a la soledad.

Pero no es preciso tener en cuenta estos ejemplos de personajes de la vida pública para entender lo psicosomático. Todos reaccionamos en momentos difíciles de la vida desde lo emocional y desde nuestro cuerpo. No se trata de que "tenemos un cuerpo" sino que SOMOS nuestro cuerpo y nuestro ser psicosocial. Lloramos, reímos, gritamos, tenemos miedo, ilusión, inquietud?con el cuerpo. Por más individualistas o egoístas que seamos, el discurso social nos afecta, influye en nuestro modo de estar-en-el-mundo. Y a la inversa, por más sociales que seamos y más adaptados que estemos a nuestro entorno, nuestra individualidad es irrepetible, así como nuestras reacciones y conductas.

Hay algunas etapas en nuestras vidas en las que "nos cogemos todo", se dice, refiriéndonos a padecer una gripe, un catarro, una infección, un trastorno muscular?La "explicación" que se nos da es que "estamos bajos de defensas". Pero ese estar bajo de defensas biológicas puede ser la consecuencia, no la causa, de un sentimiento de cansancio o derrota, más o menos coyuntural, en la lucha por la vida. No se llega a entender bien ningún tipo de enfermedad en la vida de un sujeto ( exceptuando las hereditarias y epidémicas) si no se pregunta no solo por el por qué de la aparición de la enfermedad, sino el para qué se enferma. El ejemplo de la sordera de Beethoven es uno de los más claros sobre cómo el sujeto utiliza inconscientemente su enfermedad: cuando comenzó a padecer los primeros síntomas de sordera, Beethoven estaba en el apogeo de su carrera artística: su éxito era ser un gran intérprete y virtuoso del piano; su sordera le sirvió para aislarse socialmente, conectar más profundamente con su rico mundo musical interior y poder dedicarse a la composición, por la que ha pasado a la historia como uno de los más grandes compositores. Utilizó su sordera para dar un giro decisivo a su vida de músico, aunque nunca se diera cuenta de ello.

Medicina y tratamientos médicos sí, siempre que el sujeto que enferma no olvide preguntarse a la vez sobre qué significa su enfermedad en el relato de su vida. Cualquier enfermedad nos puede poner en la pista de la dirección de deseos insatisfechos o no suficientemente esclarecidos en nuestra vida afectiva. Por más que algunos piensen que concibiendo así la enfermedad estamos haciendo literatura.

Francisco Delgado. Doctor en Psicología Tfno: 923603348. Centro Self.

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