Estaba cantado que Juan Vicente Herrera no se perdería la toma de posesión de su amigo, correligionario y homólogo Alberto Núñez Feijóo, quien inicia su tercer mandato al frente de la Xunta de Galicia después de haber reeditado su mayoría absoluta en las pasadas elecciones gallegas. De hecho, Herrera fue el único presidente de comunidad -y el PP también gobierna en Madrid, Murcia y Rioja- que asistió a un acto que asimismo honró con su presencia Mariano Rajoy, quien no suele acudir a las tomas de posesión de los presidentes autonómicos.
Herrera ocupó puesto en primera fila, al lado de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, y de Elvira Fernández Balboa ("Viri" para los amigos), la consorte del presidente del Gobierno. A su llegada a la sede del Parlamento gallego, Herrera calificó a Feijóo como "un gran amigo" y un "referente" entre los presidentes autonómicos, elogiando "su visión, leal, común, integradora y crítica del modelo constitucional del 78" en un momento en el que en su opinión "se escucha más a aquellos que lo distorsionan".
La sintonía entre los presidentes de la Junta y de la Xunta es tal que ha llegado a rumorearse que, tras la investidura de Rajoy, Feijóo anduvo sugiriendo a su paisano Mariano el nombre de Herrera como destinatario de una de las carteras ministeriales. Nunca sabremos si ello es cierto, pero a "El topillo" no le cabe la menor duda de que, si del presidente gallego hubiera dependido, su homólogo castellano-leonés estaría ocupando en estos momentos un escaño en el banco azul. Pero esto es política-ficción.
Aunque, dada su distante relación con Rajoy, el nombre de Herrera prácticamente no venía figurando en ninguna quiniela periodística, hay quien estaba plenamente convencido de que el presidente de la Junta esta vez iba a dar en ministro. Tanto es así que en los mentideros periodísticos ha circulado con insistencia el rumor según el cual determinado diario "de referencia" (de referencia sobre todo para Herrera y el herrerismo) tenía preparado una especie de suplemento especial en previsión de que se produjera dicha unción ministerial. No hace falta que desvele "El topillo" de qué periódico se trata. Buen observador pocas pistas necesita.