Estas organizaciones llevan muchos años ayudando a personas que no saben cómo afrontar el duelo. Cuando hablamos con sus responsables siempre nos recuerdan que esta palabra puede entenderse en sentido estricto como un proceso en el que integramos, en nuestro proyecto de vida, la muerte de un ser querido. Esta integración no es fácil y por estos investigadores o cuidadores tienen un campo profesional abierto porque necesitamos expertos en lo que, desde la logoterapia y la psicología humanística de K. Rogers y R. Carkhuff, se ha llamado «relación de ayuda». También hay un sentido amplio del duelo cuando analizamos fríamente determinados momentos en los que hacemos frente a una pérdida, enfermedad, discapacidad, crisis, un cambio o una duda radical sobre el valor de lo que hacemos. Este sentido amplio del duelo también requiere profesionales especializados en la psicoterapia y la relación de ayuda.
Por eso, unas jornadas donde se afronta el duelo no son únicamente unas jornadas donde se estudia la integración de la muerte o la pérdida de un ser querido, sino un espacio para analizar la vulnerabilidad, la fragilidad, la incertidumbre y la crisis como factores constitutivos de una vida plena. No se trata de recrearse en el lado oscuro de la vida sino de asumir una concepción sana y confiadamente realista de la vida personal como acontecimiento biológico y biográfico.
Los organizadores de estas jornadas saben que hay mucha demanda de ayuda en estos temas porque la sociedad del bienestar ha generado nuevas patologías, enfermedades y carencias existenciales. Sabemos que hay muchos gurús, hechiceros, charlatanes de feria y vendedores de crece-pelo que en pocas sesiones, si no garantizan la felicidad, al menos, proporcionan un consuelo de saldo. La especialización y profesionalidad es cada día más urgente porque ya no se trata sólo de 'curar' sino de 'cuidar'. Además, ya no se trata de una terapia centrada en el 'cliente" sino centrada en la 'persona'. No por el hecho de que todos somos potencialmente pacientes sino porque todos queremos realmente vivir en plena forma, aspiramos a una vida con sentido, significativa y plena.