Anselmo Santos


OPINIóN
Actualizado 06/11/2016
Redacción

Dedicado a mi padre

Hace unos días estuve en El Cerro, bello pueblo de la provincia salmantina, situado en el límite con Cáceres, una vez pasada Béjar y tuve la enorme satisfacción de poder beber agua fría y cristalina en la fuente que hay en el Mirador de Extremadura con vistas a "Hornacinos", agua que corre ininterrumpidamente desde siempre. Y, al hacerlo, percibí el espíritu de mis padres y hermana Conchi, ya fallecidos y que fueron tan felices en este lugar singular y de verdadero privilegio.

Helechos, castaños, robles, olivos, prados y agua y una infinita gama de colores jalonan el camino que desde El Cerro lleva hasta "Hornacinos", un lugar hermoso. Repleto de chopos, álamos blancos, algún alcornoque, higueras, alisos, olmos, fresnos, enebros, avellanos y jaras. Además de brezos, zarzas, escobas, jaramagos, ortigas, pamplinas, uvas y helechos. Y puedo asegurar que: Si buscamos, encontraremos además, hinojos, manzanilla, poleo, retamas, magarza, sauco y espárragos silvestres? ¡una maravilla!

Eso, en la flora, pues en la fauna; desde el jabalí o el lobo, hasta la gineta, el gato montés, nutrias, lirón, garduñas y alguna musaraña. En las estribaciones con Lagunilla habitan el buitre leonado y el buitre negro y en el "valle de Hornacinos" también; halcones, lechuzas, autillos, mochuelos, abejarucos, y hasta chotacabras? sin olvidar los reptiles, anfibios e insectos que tienen morada en este fértil Valle, allá en El Cerro, límite con la provincia de Cáceres y a lo lejos, el Pantano de Gabriel y Galán. Un lugar en que los canchales, esas enormes masas graníticas, se desperdigan por el entorno en sinfonía inacabada de posturas y equilibrios inverosímiles?

Veréis? lo que cuento, con ser mucho, es la mitad de la mitad de todas las bondades que tiene "Hornacinos". Pero para mí; lo mejor es el silencio infinito, que a pesar de toda la exuberancia del lugar se apodera del espacio. Una vez? lleve a dos amigos de visita a este lugar, los dos llamados Antonio. El primero (natural de El Cerro) jugaba con ventaja en su conocimiento del lugar. Y cuando nos aposentamos en el Mirador, viendo una vez más, el paisaje dijo: ¡Aquí el silencio devuelve su eco! Y, cuando yo pensaba que lo había dicho todo? el segundo Antonio, que "sentía" a "Hornacinos" por primera vez, cuando pudo hablar, nos dijo extasiado: ¡Aquellos parajes; eran? EL REFUGIO DEL SILENCIO!... Y el momento fue SUBLIME!

Pasados unos momentos, luego les conté que: Había leído en un libro de mi admirada Petra Hernández "Petry"; que en uno de sus pasajes dedicados al "Valle de HORNACINOS! Narraba que? Fue en el año 714 cuando el musulmán Muza estuvo por allí. Y que una letrilla llegada hasta nuestros días y puesta en boca de los moros al abandonar aquellas tierras, dice así: ¡Ay Hornacin, Hornacin, si supieran los cristianos el oro que queda en ti, ni de día ni de noche dejarían de bullir!...

Nunca se encontró el oro y de haberlo, ahora, cohabitaría con el silencio. MUCHO SILENCIO.

Anselmo SANTOS.

Contador de historias humanas.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Hornacinos, refugio del silencio