OPINIóN
Actualizado 05/11/2016
Leonel Cassarino

Ahora, los sociatas de la Gestora, abstencionistas, bien protegidos por sus amigos del Ibex y de los poderes financieros, no buscan la unión del socialismo, ni su recuperación en el ámbito español. Solo quieren castigar, represaliar a los díscolos, acab

Este texto va dedicado no solo a Antonio Hernando, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, sino a muchos socialistas que han tenido que tragase a gusto o a disgusto el sapo del "No es No" para dar la abstención vergonzante al PP. El presidente Rajoy, ahora electo, ya les había avisado en el segundo discurso de investidura del pasado sábado, que no iba a renunciar a ninguno de sus grandes proyectos ?leyes? de la anterior legislatura, "no voy a abjurar de mis principios fundamentales; no traicionaré mi propio proyecto"... Y aún así los socialistas le dieron con esa ignominiosa abstención la gobernabilidad para cuatro años más; gobernabilidad de esa manera tan rancia, tan pepera. Un apoyo claro del PSOE a una alianza tripartita, por lo bajines de momento.

Aunque ahora estos sociatas hablen y hablen hasta aburrirnos; o cacareen a todos los vientos; o escriban tesis a mansalva y nos apabullen con la responsabilidad de Estado, ellos han dado el gobierno (y ya veremos qué más) al Mariano Rajoy y al PP de la corrupción, de los recortes y de la ley mordaza.

Pero qué se creían esos ilusos de la Gestora, los barones y los exdirigentes sociatas. Más pronto que tarde habrá elecciones si se le aprietan las tuercas a Rajoy. Cuando Rajoy vea que la oposición no le da tregua y le ponen muchas zancadillas, pues eso, a las elecciones en el próximo mayo. Pero ya saben la canción que tararea Rajoy contra esa férrea tarea de la Oposición: o me dejan gobernar a mi aire, o elecciones por bloqueo, con los miedos amenazantes a que consiga mayoría absoluta en las urnas, y a que venga la C.E. con la Troika con más recortes y multas.

Pedro Sánchez cometió bastantes errores ?muchos de indecisión, de jugar a La Yenka, a la derecha ahora, luego a la izquierda? pero no mereció ser expulsado por la pandilla de sargentos chusqueros, lacayos de la sultana del Guadalquivir, Susana Díaz, y por los "interesados" barones y ex dirigentes sociatas. Pedro Sánchez no tiene a su favor a toda la militancia y votantes. Ni Susana Díaz tampoco. Ninguno de los dos. Ahora y hasta casi un año, no se atreverán -o no deberían hacerlo- a promover unas primarias y enfrentarse entre ellos dos. El PSOE está sin liderazgo claro, sin rumbo, y sin capacidad de presentar un nuevo proyecto. No hay caballo purasangre que tire de la carreta socialista. Y a base de imposiciones y normas severas, sin ver la realidad social ni las demandas de sus votantes y militantes, no es suficiente para salvar al partido de su suicidio. Hay que hacer algo más que unos cuantos cosidos en la estructura socialista para refundarlo y unirlo.

Y el caso es que la gestora que encabeza el asturiano J. Fernández, apoyado por la mano derecha de Susana Díaz, Mario Jiménez, sigue sin hacer bien sus deberes democráticos y políticos. Alargarán la convocatoria de un próximo Congreso extraordinario y las primarias para elegir nuevo secretario general y así perjudicar las aspiraciones de P. Sánchez. La Gestora es como el gobierno de Rajoy en funciones, parece que le ha cogido gusto a eso de no rendir cuentas pero sí a mandar y a mangonear. Están muy preocupados de apuntalar la supremacía de la gestora, de sancionar a los díscolos, y de no perder el poder (las prebendas de las puertas giratorias, los privilegios de los cargos...), más que salvar al PSOE. Y estos sociatas de la gestora ahora, abstencionistas, bien protegidos por sus amigos del Ibex y de los poderes financieros, no buscan la unión del socialismo, ni su recuperación en el ámbito español. Solo quieren castigar, represaliar a los díscolos, acabar con la oposición actual de los partidarios del "No es No", y con el mito de Pedro Sánchez, para allanar el camino en las primarias a la sultana andaluza, Susana Díaz. Y que recuerden muchos socialistas abstencionistas, especialmente Antonio Hernando, que Roma (PSOE) no paga traidores.

Albert Rivera sigue ayudando en lo que puede en la casa de Rajoy, en la fontanería (para desatascar) y en la sastrería (bajarse los pantalones), y así facilitar el gobierno de una manera muy flexible ?no drástica? en el cumplimiento de su acuerdo (150 medidas) con el PP.

Y Mariano Rajoy, con su nuevos ministros, más de lo mismo, escasa regeneración política y falta de transparencia ya desde el inicio. Un gobierno que seguirá con el ataque a las pensiones, más recortes, más paro, más precariedad laboral, mismas políticas económicas restrictivas y subida de impuestos. O sea, los mismos perros -o casi- pero con distintos collares para apabullarnos otros cuatro años. Esperemos que no, que por las hogueras de San Juan las urnas verás, y volveremos a votar. O a lo más, para las próximas Navidades, no estas, sino las del 2017.

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