OPINIóN
Actualizado 04/11/2016
Higinio Mirón

Si hay dos premisas fundamentales y fundacionales en el Partido Socialista son la de democracia e igualdad, la de la participación de los militantes en el proyecto y la lucha para superar las desigualdades, la izquierda frente a la derecha. En los últimos días algunos de estos principios fundacionales se han tambaleado o se han venido abajo. Muchos votantes del PSOE entenderán con extraordinaria dificultad, o mejor dicho no entenderán esas diferencias al comprobar que su voto, el voto de cinco millones y medio de ciudadanos sirve para hacer Presidente de Gobierno al candidato de la derecha, al señor Rajoy.

Ahora sólo nos queda algo que tiene que ser la base que solidifique el proyecto futuro y que suponga el lanzamiento de un nuevo proyecto, y eso es la democracia, la participación de todos los militantes en decisiones tan importantes como la elección del secretario general. Y a partir de ese momento unidad y lealtad. Es verdad que esto último se dice fácil, pero como han demostrado algunos, es muy difícil de llevar a la práctica. Parece mentira que a estas alturas haya militantes que hacen de la deslealtad y del desprecio a los compañeros la base de su acción política.

Leo con asombro las declaraciones del Presidente de Aragón y secretario general del PSOE en esa comunidad, Presidente por cierto con los votos de Podemos y de la Chunta Aragonesista, señor Lambán, referirse a las primarias, es decir a la participación directa de los militantes como Operación Triunfo: "Voy a luchar para que en el PSOE se acabe la Operación Triunfo". Estas declaraciones no solo atacan frontalmente a la base del Partido Socialista, a sus principios fundacionales, a los estatutos, sino que supone un ataque tremendo y un desprecio a los militantes socialistas. Hay personas, compañeros de Partido, que por el hecho de ocupar un cargo público, se creen con más derecho que los demás, con más poder que los demás, con más claves que los demás, con más inteligencia que los demás, y lo único que tienen es más ambición personal, mas deslealtad y menos socialismo que los demás, no se dan cuenta que ellos, sin los militantes no serían nada. El grave problema que tiene en este momento el PSOE es que compañeros de este nivel intentarán mantenerse ellos, pero acabarán con el Partido, con la ilusión de muchos militantes y con un proyecto, el socialista, tan importante y necesario para este País.

Por todo lo anterior, ahora más que nunca, se necesita democracia y respeto y eso solo se consigue con participación directa de los militantes y Congreso ya. De esta forma comenzará el PSOE a recuperar credibilidad, ilusión y la tan necesaria unidad.

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