OPINIóN
Actualizado 01/11/2016
José Javier Muñoz

El Gobierno español se ha sumado hace unos días a las administraciones públicas de diversos países que vienen desclasificando dossieres ovni. De hecho, en 2013 se celebró en Washington una reunión en la que gobernantes, científicos, intelectuales, mandos militares y testigos de alta cualificación de los cinco continentes reconocieron de forma inequívoca la presencia de visitantes extraterrestres. Fue una sesión abierta cuyo desarrollo puede encontrarse en internet. O sea, que los sabiondos que tildan los avistamientos de fantasía, imaginación o engaño ignoran que este asunto es investigado rigurosamente en casi todo el mundo porque se basa en realidades. Lo que ocurre es que se sabe poco todavía pese al notable esfuerzo financiero, militar y científico aplicado a desentrañar qué son las supuestas naves extraterrestres. Las preguntas clave tropiezan con las limitaciones de nuestro conocimiento humano, de moradores de este Planeta que llamamos Tierra y que apenas nos hemos alejado de casa un milímetro en el intento de conocer un Universo que a nuestra escala resulta inconmensurable.

Lo primero que conviene aclarar es que OVNI no significa cualquier objeto que no sepamos identificar a simple vista, por sorprendente o llamativo que resulte. Sólo deben ser definidos así aquellos objetos cuya naturaleza no puede explicarse desde los enfoques de la ciencia ortodoxa.

La mayoría de los supuestos avistamientos de naves extraterrestres son en realidad estrellas lejanas, asteroides, meteoritos, satélites espaciales, aviones, helicópteros, drones, misiles armamentísticos, cometas, globos aerostáticos, paracaídas, cohetes, aves, destellos, focos industriales, lámparas de iluminación urbana o de carreteras, señales luminosas de localización de antenas, chimeneas, torres o molinos de energía eólica, fogonazos o reflejos de vehículos terrestres o marítimos, faros, fuegos, rayos, nubes de perfiles extraños y otros efectos de distintos fenómenos meteorológicos. Por supuesto, tampoco son ovnis las alucinaciones, las sugestiones ni las ilusiones ópticas. A efectos de la investigación ufológica, las cosas que parecen raras no son ovnis, en definitiva, hasta que se descartan estas explicaciones.

Lo que son, repito, no puede explicarse de forma irrefutable aunque sí existe un cúmulo de pruebas de naves o vehículos de distintas apariencias y comportamientos extraños a nuestro conocimiento de la física, que dejan huellas, tienen influencia sobre el entorno y parecen dirigidos por inteligencias avanzadas. En no pocos casos, han sido vistos ocupantes, también de formas y actitudes muy diversas acerca de las cuales han corrido cataratas de tinta.

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