La sensibilidad, un elemento que viene tanto de fábrica como del aprendizaje. El artista sensible tiene la capacidad de sentir el color y la forma de un modo que le es in nato. El mayor reto del artista es conseguir comprender el lenguaje que "hablan" el color y la forma, y adaptarlo a sus necesidades expresivas.
Para apreciar el arte, no hacen falta las palabras. El arte se siente o no se siente, como la música. Gusta o no gusta. Llega o no llega. Y ya está. Primero el ojo; el corazón después.
El artista puede desarrollar su sensibilidad con los años, y también ayudar al público (dispuesto) a sensibilizarse. Ahí reside la belleza de su trabajo. Una cosa es cierta: el ojo se sensibiliza mirando, no leyendo ni hablando. El verdadero arte habla en el silencio. La abundancia de palabras, teorías y literatura es mal síntoma.
Sólo hay que mirar?el resto, ya está.