Dejad que me refresque apasionada
y mis entrañas se nutran de deseo,
que aplaque mi dolor pues, calcinada,
tengo mi piel quebrada por el fuego.
Solo el agua mitiga mi tristeza,
soy soledad y peno, soy cenizas;
solo su abrazo aplaca con presteza
esta agrietada tierra que agoniza.
Cual soy me he de mostrar, plena y radiante,
evitaré exhalar mi último aliento,
monótono tictac siempre adelante.
Arduo escalar con paso firme y lento,
retornará el pigmento a mi semblante;
solo aguardad, que inspire, dadme tiempo.
Poema inspirado en la subida desde el Meandro Melero, hasta el mirador del mismo, allí donde se preñan las provincias de Salamanca y Cáceres, a poca distancia de Riomalo de Abajo, en su enclave hurdano. Hace pocos años la zona fue pasto de los incendios y ahora, gracias a las lluvias, lleva un tiempo en periodo de regeneración.
Desde Riomalo de Abajo hasta el mirador (cuesta arriba unos 2 km.), aunque se puede acceder en vehículo por una pista bien acondicionada, aconsejo se haga a pie y así poder disfrutar del paisaje. La vista desde el mirador es espléndida y en plena época de lluvias, cuando el Río Alagón viene con abundante agua, es espectacular.
Allí, el Río Alagón sirve de frontera geográfica entre ambas provincias y recoge aguas de otros afluentes como los ríos Cuerpo de Hombre (algo más arriba), Ladrillar, Batuecas, Hurdano y Los Ángeles, entre otros. Todos aportan sus aguas al extenso Pantano de Gabriel y Galán, bordeado por localidades extremeñas como La Pesga, Granadilla, Mohedas de Granadilla y Zarza de Granadilla. También recibe aguas de los ríos del Valle de Ambroz, para avanzar hacia el sur regando fértiles tierras de localidades como Montehermoso y Coria.
Imagen y texto: Carlos Blanco
Más información en: http://www.turismoextremadura.com/viajar/turismo/es/explora/Meandro-del-Melero/