Muchos hay desperdigados por ahí como una muestra más de lo poco que nos preocupamos por esta Salamanca Patrimonio; la foto esta hecha desde la calle Cervantes, recogiendo este ejemplo de desidia en la de Serranos, pequeños huecos que quedan entre edificaciones a lo largo y ancho de esta urbe culta y limpia. Lo peor en este caso no es la imagen que damos a cuanto nos visitan, que también, sino la mano negra que una mañana se llegó hasta el lugar con una piqueta, por razones que desconozco, tratando de provocar que toda la portada se viniera abajo.
Y como construir aquí es prácticamente imposible, allá va la solución que se l
e ha ocurrido a este incansable paseante de plazas y rincones: adquiérase el solar por el Ayuntamiento, mediante expropiación o venta barata (a precio de gallina flaca,no tiene otro valor) y acto seguido levántese una fachada con nuestra inigualable piedra de Villamayor para unir el resultado al Museo de Salamanca, como se hizo en su día con el agujero existente en la calle de Zamora, junto a la iglesia de Carmelitas. Ni difícil ni costoso, sólo se necesita tener ganas, después querer y de inmediato realizar.
Como éste, existe otra media docena de adefesios del mismo estilo, cualquier día me entretengo en fotografiarlos sin ninguna razón que me empuje a ello.