OPINIóN
Actualizado 30/10/2016
Redacción

Si no le conocen se lo recomiendo. Se llama Noam Chomsky, un profesor de lingüística que imparte clase a 5.723 kilómetros de Salamanca, en la Universidad de Pensilvania. Como buen conocedor del lenguaje, le interesa qué versión de los hechos se elige cuando éstos son complicados, o entrañan un conflicto de intereses. Por eso mostró diez pasos sobre los que se basa la manipulación de la opinión pública. Casualmente lo volví a leer para una de mis clases, cuando al mismo tiempo oía las explicaciones del Comité Federal del PSOE. La mezcla es curiosa y quiero citarles sólo unas cuantas:

La primera es la estrategia de la distracción que consiste en no tocar temas fundamentales y quedarse sólo en las formas. Así los señores y la señora que han tomado la decisión de abstenerse en la investidura de Rajoy muestran ahora razones, pero nadie explica por qué se callaron durante meses, qué motivos les llevo a tal grado de prudencia monacal, incluso han creado el tabú de la palabra abstención. Como si fuera una publicidad engañosa, el yogur que adopta los colores de una marca conocida pero es otra muy distinta.

La segunda estrategia es la de crear problemas y después ofrecer soluciones. En este caso el título lo dice todo. Se trata de generar un conflicto, para no hacerse cargo de ello y simular que se parte de cero. Curiosamente a Pedro Sánchez lo auparon al pódium los mismos que ahora están oficiando su funeral y, además, según le exhuman, nos cuentan los beneficios de tal maniobra porque de lo contrario hubiera habido un desastre para España.

La tercera es la estrategia de diferir a partir de la cual se presentan las decisiones como terribles, pero necesarias, así se ahorra una discusión gracias a que se presentan como inevitables, como un "mal menor". Como dijo Javier Fernández, el presidente de la gestora. Esta estrategia implica que quienes toman las decisiones se presenten como generosos porque son los primeros en sacrificarse. De esta manera se anula la posibilidad de respuesta, ya saben que el dolor es un buen parachoques.

Otra estrategia es utilizar la emoción más que la reflexividad. Apelando a los sentimientos, aunque haya trampa, porque no son cartas boca arriba, dado que se recurrirá a las normas para disimular las luchas de poder que, sin duda, es el rey de los sentimientos. Ante una votación tan ajustada en el Comité Federal, 136 a favor de la abstención y 96 en contra, nadie parece reparar en éstos últimos. Quienes defendieron el no, fueron personas que se comprometieron ante su electorado y sus votantes, entrando en una contradicción personal irresoluble.

Por último, aunque son muchas más, me quedo con la estrategia de la autoculpabilidad, que, en este caso, se basaría en un supuesto que comparte la opinión pública: imputar la responsabilidad de unas terceras elecciones a un solo partido, olvidando otros factores como la ambición de PODEMOS o, incluso, que el propio Secretario General del PSOE, nunca mostraba claramente sus objetivos, queriendo ser a la vez, obediente y desobediente ante el Comité Federal. En suma, Rajoy Presidente.

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