Esta semana vuelvo a uno de esos temas que me apasionan: indagar en las fuentes historiográficas sobre la vida de alguno de los grandes compositores de música para el cine.
En esta ocasión me decanto por Alex North ya que es uno de los compositores más imaginativos y, a veces, arriesgado, que además creó la posibilidad de renovar la BSO generando una nueva forma de componer música para el séptimo arte.
Esto ocurrió en los años 50. Su contribución ha aportado a cada escena ese carisma que hace que las imágenes sean más expresivas y cobren mayor sentido, invitándonos a formar parte de la trama. Alguno de los títulos que le dieron el renombre que conserva a día de hoy son "Un tranvía llamado deseo" o "Espartaco".
En la película "Vidas rebeldes" (The Mistfits), la última película en la que participó Marilyn Monroe, todo dio un giro ya que el director John Huston decidió estrenarla antes de tiempo ante la prematura muerte de Clark Gable. Para poder llevarla a la gran pantalla necesitaban a un compositor y Aaron Copland era el favorito para ello, pero debido a sus altos honorarios el dramaturgo Arthur Miller propuso a Alex North que había hecho la música para su obra "Muerte de un viajante".
Alex North tenía muy poco tiempo para trabajar en la música y Huston le dio unas semanas más para terminarla. El resultado fue fantástico a pesar de todos los contratiempos.
Con un estilo muy personal fue uno de los primeros que incorporó el jazz y el boogie-woogie en la banda sonora.
Quizá el éxito de North venía de su humildad y seriedad. No buscaba la fama sino el trabajo bien hecho, lo que le llevó a trabajar en numerosos films.
Aunque estuvo en la cumbre de los compositores para el cine y fue nominado en 14 ocasiones para los premios Óscar, no llegó a llevarse ninguno de ellos por su trabajo, pero le dieron uno honorifico por su inigualable talento.