¿Cuántas nueces da un nogal?
Caen rendidas tras el baño de lluvia al suelo, se esconden entre hojarasca, se aprende a buscarlas con ojos y el tacto de la suela de las botas, algunas ya desnudas, otras con su cáscara que tiñó de nogalina las manos inexpertas, color a tierra entre las líneas de la vida.
Una jornada da para usar el rastrillo, la horca, peinar los campos, arrancar las hierbas con los dientes, clavarse espinos, respirar tras el dolor de riñones, escuchar al pesado del perro del vecino que no para de ladrar, respetar también los silencios, sentarse con la higuera de cuello de dama y conversar.
Descubrir que a un metro de la espalda, en una terraza, bajo la vid, anida un pajarillo.
Que las mariposas blancas son las dueñas del lugar.
Que un jabalí se pega buenos baños de tierra bajo el olivo.
Que el bocata de tortilla se convierte en un manjar.
El granado nos regaló su fruto ya espera el membrillo.
Dedicado a Enzo de Juiz de Fora; Georgia, su madre ha escrito: " .. porque controla sus dificultades con una sonrisa sin igual"
Enzo es un niño con parálisis cerebral. Hermoso, muy hermoso.