El pasado domingo la ciudad de Zamora acogió una nutrida manifestación, en la que se reclamó un trato digno y autonomía propia para la Región Leonesa, esto es, para las provincias de León, Salamanca y Zamora. El evento, que congregó a más de mil personas (1.500 según la plataforma organizadora), ha tenido como consecuencia directa que el delegado de la Junta en Zamora, Alberto Castro, haya tenido que dar explicaciones ante los medios sobre esta reclamación.
La manifestación en sí transcurrió en un ambiente festivo, abriendo la misma tres tamborileros salmantinos que, con la bandera regional leonesa como capa, hicieron sonar conocidas canciones tradicionales como El Burru de Villarino o La Clara de Villarmayor. Éstas fueron acompañadas durante todo el recorrido por numerosas banderas, siendo las más mayoritarias las de la Región Leonesa, aunque también se dejaron ver las de Zamora, España, así como las de la ciudad y provincia de Salamanca.
Así, tras recorrer las principales calles de la ciudad, el acto finalizó en la Plaza de la Constitución, donde el zamorano Gustavo Rubio, como miembro de la plataforma convocante, leyó el manifiesto oficial. En él, se denunciaba la penosa deriva económica que arrastran las provincias leonesas desde su inserción hace 33 años en la actual autonomía, recordando la pérdida de 118.251 habitantes en Salamanca, Zamora y León desde entonces, así como el aumento de las diferencias de renta per cápita entre las dos regiones de la autonomía en estas tres décadas.
Datos económicos que "muestran a las claras que este engendro autonómico sin sentido en el que nos hallamos inmersos, lejos de favorecernos, nos perjudica gravemente. [?] una realidad palpable que todos padecemos en nuestro quehacer cotidiano. Basta con recorrer las calles de nuestros pueblos y ciudades para sentir la bofetada de esta sucia realidad."
Por otro lado, se reprochó la actitud de los representantes políticos leoneses, de quienes se expuso que "Todos ellos se deben a sus partidos, y a las ordenes que de ellos reciben, pero si verdaderamente pensaran en las gentes que con sus votos legitiman su mandato y cargo, la autonomía del País Leonés hace mucho tiempo que tendría carta de naturaleza. Desde aquí les pedimos que por justicia con su tierra y gentes, se despojen del yugo y den la cara por su pueblo."
De este modo, se proclamó el rechazo a la actual autonomía, por considerarla perjudicial para Salamanca, Zamora y León en lo económico, histórico e identitario, planteándose como alternativa que la histórica Región Leonesa se conforme como comunidad autónoma, para frenar la espiral decadente en que se hallan inmersas sus tres provincias.
Pero no todo fueron reclamaciones generales de la región, sino que también hubo espacio en el manifiesto para otras que afectan a comarcas concretas. En este sentido, se hizo referencia directa a la mina de uranio de Retortillo, ante la que se alegó que "no podemos permitir una mina de uranio en la comarca de Ciudad Rodrigo cuyas consecuencias pueden ser nefastas, tanto para el medio ambiente, como para nuestras gentes".
Tras la manifestación, y ante su entidad numérica, la prensa zamorana preguntó al delegado de la Junta en Zamora. Alberto Castro, su opinión al respecto. Éste manifestó que "no deja de ser una opinión de una reivindicación histórica, el leonesismo, pero hay que generar expectativas y esperanzas. [?] Respeto la singularidad de que hay gente que pida un reino leonés como es León, Zamora y Salamanca, pero es un debate que está superado".
Respecto a este punto señalado por el delegado juntero, cabe preguntarse qué expectativas y esperanzas genera la actual autonomía de Castilla y León para los leoneses, pues no parece que vaya más allá de asegurar que sigamos perdiendo población, que nuestros jóvenes se tengan que seguir yendo fuera a trabajar, o que nuestros pueblos acaben de morir. Muy lejos no creo que vayamos con esas 'expectativas y esperanzas', y más bien habría que romper con ellas para poder tener una oportunidad de futuro.
Por otra parte, eso de que "es un debate que está superado" no creo que sea del todo atinado por parte del delegado. Y es que lo dice a la vez que le toca dar explicaciones, cuestionado por la manifestación más numerosa que ha habido en Zamora este año. En todo caso, si se trata de superar el debate, bien puede la Junta preguntarnos a la ciudadanía de Salamanca, Zamora y León si queremos seguir en la actual autonomía o conformar una propia.
Sea como fuere, el representante de la Junta manifestó también que "el victimismo muchas veces no sirve, lo que sirve es presentar ideas activas". Hay que plantearse en este sentido qué quiere decir con 'presentar ideas activas', pues siempre que se han planteado desde el leonesismo (más allá de la propia reivindicación de una autonomía propia, que también sería una idea activa), han sido rechazadas por la Junta, ente que hay que recordar que debe más de 3 millones de euros solo a los municipios zamoranos del Parque Natural Arribes, deuda que la Junta lleva acumulando desde 2010, pese a que la Unión Europea sí ha entregado este dinero a la autonomía.
Quizá este dinero que adeuda la Junta a los municipios sayagueses lo haya dilapidado en el millón y medio de euros que nos cuesta cada año la Fundación Villalar, ente cuyo único fin es crear sentimiento de pertenencia a la autonomía de Castilla y León. Curiosamente, a la Fundación Villalar no le han llegado los recortes que sí ha habido en sanidad o educación, pese a que el leonesismo presentó la 'idea activa' de que esta fundación fuese eliminada. Y es que con 'ideas activas' quizá el sr. Castro se refería a rechazar el traslado del Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) de Valladolid a Zamora, traslado solicitado por la Diputación de Zamora y rechazado por él mismo, alegando que estando en Valladolid la sede es como si estuviese en las nueve provincias de la autonomía (es de suponer por ello que sus empleados comprarán cada día el pan en las nueve provincias a la vez).
Por otro lado, respecto al término 'victimismo', no deja de resultar hasta cierto punto irónico su uso por el delegado de la Junta. Y es que hay que recordar que en la actual autonomía la Región Leonesa ha perdido casi 120.000 habitantes, siendo la provincia de Zamora, con una pérdida del -19%, la que peor parte se está llevando. Si denunciar estos hechos y presentar una opción alternativa es victimismo? apaga y vámonos. Quizá el problema sea que a los junteros les molesta la realidad de los datos, consecuencia directa de sus políticas y de una configuración territorial en la cual las provincias leonesas son 'el último mono'.
En todo caso, la nutrida asistencia a la manifestación parece haber creado cierto nerviosismo entre los junteros. Y es que es muy meritoria en una ciudad como Zamora, cuyo paisanaje es poco dado a salir a la calle a reivindicar. Valga como ejemplo que la manifestación del 1º de mayo en esta ciudad, impulsada por UGT y CCOO, y apoyada por PSOE, IU, Podemos y Ahora Decide, congregó a unas 500 personas en esta ciudad, entre los que se contaban el propio alcalde de la ciudad, el de Benavente, así como concejales, procuradores y diputados de los mencionados partidos en la provincia zamorana.
Esta misma cifra de asistentes tuvo la otra principal manifestación que ha albergado Zamora en el presente año, que tuvo lugar en abril, estando convocada por los principales sindicatos agrarios y que congregó a unas 500 personas procedentes de la propia provincia zamorana y de otros puntos de la autonomía, protesta que reclamaba medidas para acabar con los ataques del lobo.
En cuanto al resto de manifestaciones de 2016, habría que hablar de una asistencia mucho menor. Ejemplo de ello serían la manifestación antitaurina que congregó a treinta personas en abril (curiosamente descrita por la prensa en términos de que "la respuesta fue importante"), o la manifestación por los derechos de los refugiados, en mayo, que logró reunir unas cincuenta personas. Algo más numerosas, con unas cien personas, fueron otras dos manifestaciones acaecidas en abril en Zamora, una por la república, (a la que acudió el equipo de gobierno del ayuntamiento zamorano), y otra de estudiantes contra la LOMCE.
De este modo, se puede afirmar que la manifestación por la autonomía de la Región Leonesa, junto a las del 1º de mayo y la que protestaba contra los ataques del lobo, ha sido la más numerosa que ha recorrido las calles zamoranas, independientemente del baile de cifras (cabe señalar en este sentido que la agencia ICAL ?Información de Castilla y León-, con una posición abiertamente hostil al leonesismo, rebajó notablemente la cifra de asistentes, y con ella los medios que hicieron un copia-pega íntegro de la nota distribuida por ICAL). No obstante, aunque tomásemos como buenas sus cifras, estaríamos hablando de una de las mayores manifestaciones en Zamora este año.
En todo caso, independientemente de los números de la manifestación de Zamora, parece claro que la Región Leonesa tiene varios problemas gravísimos, que se llaman despoblación, envejecimiento, ausencia de expectativas laborales y falta de amor propio, todos ellos relacionados. En este sentido, en lugar de buscar siempre tres pies al gato, quizá sea hora de dar un paso adelante por nuestra tierra, dejar de avergonzarnos de las raíces históricas de Salamanca, ser valientes y atrevernos a caminar para buscar un futuro digno, dentro de España pero fuera de Castilla y León. Es hora de devolver la dignidad al histórico Reino de León.