SALAMANCArtv AL DÍA publica un texto del notable poeta, especialmente vinculado con Salamanca a través de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos y la Cátedra Ramos Sucre
Eugenio Montejo por Miguel Elías (2005)
En varias ocasiones estuvo por Salamanca Eugenio Montejo, uno de los más notables poetas iberoamericanos de las últimas décadas. Queda constancia de su participación en varios de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que coordinada el peta Alfredo Pérez Alencart, con quien mantenía una profunda amistad.
Hoy publicamos un poema que refleja el fondo de lo que es la Hispanidad, en cuanto al idioma común que nos religa. El retrato de Montejo fue hecho por el pintor Miguel Elías para ilustrar sus poemas publicados en la antología de la Cumbre Poética Iberoamericana, celebra en Salamanca el mes de octubre de 2005
Montejo fue poeta y ensayista (Nació en Caracas en 1938 y falleció en la ciudad venezolana de Valencia en 2008). Su poesía se caracterizó por la rica gama textual y el gran dominio de las formas, constituyéndose en un gran representante de la poesía latinoamericana. Publicó, entre otros, los libros: "Elegos" en 1967, "Muerte y memoria" en 1972, "Algunas palabras" en 1977, "Terredad" en 1978, "Trópico absoluto" en 1982, "Alfabeto del mundo" en 1986 y "Chamario" en 2003. Es autor también de importantes ensayos, tales como, "La ventana oblicua" en 1974, "El taller blanco" en 1983, y "El cuaderno de Blas Coll" en 1981. Recibió importantes galardones por su obra literaria y sirvió a su país en el campo diplomático en Lisboa durante varios años.
Antología con ilustración del cubano Luis Cabrera
ALGUNAS PALABRAS
Algunas de nuestras palabras
son fuertes, francas, amarillas,
otras redondas, lisas, de madera...
Detrás de todas queda el Atlántico.
Algunas de nuestras palabras
son barcos cargados de especias;
vienen o van según el viento
y el eco de las paredes.
Otras tienen sombras de plátanos,
vuelos de raudos azulejos.
El año madura en los campos
sus resinas espesas.
Palmeras de lentos jadeos
giran al fondo de lo que hablamos,
sollozos en casas de barro
de nuestras pobres conversas.
Algunas de nuestras palabras
las inventan los ríos, las nubes.
De su tedio se sirve la lluvia
al caer en las tejas.
Así pasa la vida y conversamos
dejando que la lengua vaya y vuelva.
Unas son fuertes, francas, amarillas,
otras redondas, lisas, de madera...
Detrás de todas queda el Atlántico.
Alencart, Cadenas, Morón y Montejo, en Salamanca (1994 Foto de J. Alencar)