Igual que sale el sol cada mañana
para besar de los cristales el rocío
así sale mi amor, el amor mío,
y mira al alba tras de la ventana.
Y mira emocionada las encinas
los robles, el tomillo, la retama,
y abraza a la almohada de su cama
y suspira de amor tras las cortinas.
Ya pisando las hojas del otoño
con su mano metida en mi bolsillo
la vereda se extiende cual pasillo
y así se pasa el día, el mes, el año.
El paisaje le regala su fragancia
el croar de las ranas en la charca,
otea su mirada cuanto abarca,
la elevada cresta, Peña Francia.
Riega la maceta, aloe vera,
petunias, claveles y verbenas,
coloca en su jarrón las azucenas
sabiendo que su amor la espera.
Andrés Barés Calama.