Y así es el amor... llega sin avisar. No importa raza, sexo ni condición social.
El amor no escoge, es ciego, y llega cuando menos lo esperamos.
Por muy separadas que estén l
as almas, si la flecha los unió, acabarán encontrándose en el camino aunque el recorrido sea largo. Pero merece la pena recorrerlo para encontrar al final al gran amor de nuestras vidas.