OPINIóN
Actualizado 28/09/2016
Juanjo Mena

"Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo prestigio y respeto que lo llevón ahí" (Thomas Jefferson)

Ningún presidente de gobierno elegido en las urnas ha disfrutado, en lo que llevamos de democracia, de una salida airosa; mejor aún, los cuatro ?(sin contar Calvo Sotelo que estuvo un rato)- todos la han tenido francamente mala: Suarez hubo de dimitir agobiado y maltratado por los suyos. González después de tres legislaturas, acabo derrotado. Aznar tras refugiarse en las mentiras salió abucheado. Zapatero en su segunda legislatura, dejo una España al pairo, con una "cornada" de caballo y una galopante crisis mundial que él no se creía. Ahora veremos cómo termina el Sr Mariano Rajoy, que lleva una legislatura muy cuestionado tras la mayoría absoluta de estos últimos cuatro años, gobernando con el rodillo y sacando leyes, que ya están algunas de ellas devaluadas antes de ponerse en práctica, con todo el parlamento en contra, lo que significa que tras este primer fallo electoral, aunque sea el partido más votado ?"El PRESIDENTE NO TIENE QUIEN LE ESCUCHE"-, y este se ha mantenido agazapado, siempre culpabilizando a los demás por no hacer, lo que él y sus "acólitos" dicen, es lo mejor para España.

No sorprende por tanto que sus anteriores en el cargo, hayan dejado La Moncloa, con un profundo sentimiento de frustración: Los cuatro creían haber acumulado suficientes méritos para dejar su puesto, si no entre ovaciones, al menos con general aplauso. El abandono se produjo además cuando rebasaban los 50 años de edad y podrían estar lejos, al menos tres de ellos, de ofrecer señales de fatiga, que hacen mella quince o veinte años después. Con tanto tiempo por delante, con tanta experiencia y tan grande frustración acumulada, tampoco es sorprendente que todos ellos hayan intentado revindicar su figura y su obra, yéndose, pero a la vez quedándose.

Es, claro está, la peor forma de irse, para ellos y para sus partidos. Sobre todo para González Aznar y Zapatero, porque dejaran atrás, hechuras suyas en buena medida, dos grandes formaciones políticas, a las que sólo pueden causar perjuicio porque tanto en sus opiniones, que pretenden tutelar y alguno como Aznar conducir el partido desde la distancia y la prepotencia, que ha traído en jaque, tanto a su partido como a sus dirigentes. Lo comprobó el PSOE, que no pudo cerrar sus crisis de sucesión más que cuando, hizo mudanza. Lo comprobara el PP si sigue sin ofrecer una coherente y atractiva política, con otro equipo dirigente, bloqueado hasta ahora con la sombra alargada de su indiscutible líder, que siempre ha creído ser en el partido Aznar.

Sombra que, a pesar de la distancia, no ha dejado de gravitar sobre su partido desde que, con la cara desencajada, recogió Aznar el amargo fruto de su política exterior. Ciertamente, Aznar y Zapatero han entendido mejor que Suarez y González la naturaleza presidencialista del sistema político español y, después de abandonar el cargo, no han incurrido en el error de presentarse de nuevo como candidato. Aunque les puedo asegurar, que a uno de ellos, le han quedado muchas ganas de enarbolar la bandera de salvador de España. Donde además su intención, expresada en un libro, de obligar a su partido a seguir el camino trazado por él, y que según dice, de ningún modo este País puede desviarse , un pensamiento que se pretende liberal, pero que hunde sus raíces en tierras sembradas por Falange y cultivadas en el Opus Dei, cuestión que no fue nunca bien recibida por un número importante de discrepantes en su partido, que no creía en la "Aznaridad" y, de ahí su ofuscamiento con la nueva "hornada" Rajoy incluido, a quien el señalo como sucesor- menos mal-.

Bien, cada uno de ellos se ha fabricado su mejor historia de País, y todos ellos creen haber jugado un importante papel en el rincón de esa historia, y todos ellos también se han presentado como apasionados de España presentándola como Gran potencia europea: Creo sinceramente que se pasaron en sus grandezas, y que es hoy precisamente, después de esta crisis tanto económica como de valores fundamentales, cuando tenemos todas las piezas para recomponer este despropósito, y sacudirse lo antes posible , aquella pasión ciega de nuestros antecesores, que no finalizaron con mucha suerte su mandato, antes de que tengamos que sacar de la Moncloa a alguno más a "bastonazos".

Fermín González Salamancartvaldia.es (Blog taurinerías)

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