Ahora está organizada en formación profesional básica, ciclos de grado medio y grado superior. Nosotros tenemos los tres niveles en temas forestales, de jardinería, mecánica, fabricación mecánica, hostelería y cocina.
Evidentemente tiene el objetivo de formar grandes técnicos y especialistas para trabajar en empresas de estos sectores y poder emanciparse como personas que puedan ganarse la vida por sí mismos.
Pero no hay que olvidar que al primer nivel también llegan chicos y chicas provenientes del fracaso escolar teórico, de institutos donde no se estudia por proyectos y donde no hay prácticas, además de no contar demasiado la inteligencia emocional.
Aquí pretendemos que los alumnos mayores que incluso vienen de la universidad se impliquen con los de los niveles de estudios más bajos y consideren una riqueza ser alumnos tutores. Es fundamental aprender a trabajar en equipo con diversidad de personas para aprender a liderar equipos de trabajo. En cualquier centro de formación profesional es una riqueza tener FPB.
En el trabajo por proyectos donde se quiere montar un taller, hacer un jardín o construir un centro de interpretación son los más dispuestos y los más competentes. Soportando lecciones magistrales de la antigua escuela bancaria son los más impacientes.
Debemos empoderar a los alumnos mayores, a algunos inspectores de educación, a algunos profesores, etc para que crean y aprendan de ellos dándoles la oportunidad de convivir y demostrar sus competencias.
Es verdad que en una sociedad con tanta desigualdad de oportunidades y de trato incluso afectivo, los peor tratados pueden tener algunas heridas que necesitan curar. Mientras tanto puede suceder alguna incomodidad colateral. No vale decir vamos a ser inclusivos sin ninguna dificultad, sin ningún robo, ningún traficante que se nos acerque o adolescentes que no han aprendido a querer o quererse porque su experiencia ha sido de maltrato. Entonces lo que no es de recibo es escuchar a los de derechas o a los de izquierdas, a los religiosos o a los ateos decir que estos chicos no pueden estar en la escuela y que se les integre en otro sitio. Muchos de estos se llaman progresistas, otros hacen leyes de educación y otros dicen rezar por ellos.
Aquí no se aprovecha su potencial compitiendo a ver quién suspende a más. De hecho se facilita aprobar mejorando el nivel de motivación, siendo un profesorado solidario y muy implicado, que disfruta compartiendo trabajo con sus alumnos, que no se sienten saltadores de obstáculos sino colaboradores en construir un mundo más justo.