OPINIóN
Actualizado 26/09/2016
Alejandro Vélez

Fíjense que por un momento tuve la flaqueza de caer en el recurso tecleador de hacer de este desahogo semanal una cábala electoral en clave gallega y vasca, pero voy intentar ser fuerte y evitar tamaña tentación. Pero hay veces que se cruza algo que le desvía a uno del camino.

Y pensarán, ¿qué es aquello que me ha alejado de tan suculento tema? Pues un episodio más en el maremoto autonómico, que casi sin quererlo calló ante mis ojos y al que no he podido resistirme.

Quizás haya pasado desapercibido, pero leyendo la edición digital ayer domingo de uno de los principales periódicos de tirada nacional, me topo con una noticia de esas que huelen a favorcete, a blanqueamiento del bueno. Para nada destacada, pero en portada, sin foto, pero de titular guerrero. El artículo, tecleado desde la capital del reino, cuenta una peculiar versión sobre la contienda por el sillón de Herrera y la batalla que se libra en nuestra tierra castellana.

El escrito alude constantemente a "fuentes populares", y no, no se trata de surtidores apreciados por el populacho. Si no de una garganta profunda, que apuntala con certera puntería unas veces y otras con parcialidad debida, una historia de plastilina sobre libertadores de los oprimidos. Nada más lejos.

Viene a decirnos que hay dos facciones populares luchando por sustituir a Herrera tras el fuera de juego de Valdeón. Una "elite", "los funcionarios", malos malosos, que rodean férreamente al presidente regional. Y otra, los "pegacarteles", buenos buenísimos, que quieren a nuestro atareado alcalde como "candidato de las bases del partido". ¡Toma ya! Como si Rajoy, Cospedal o Soraya no fueran, de carrera, servidores de lo público, también funcionarios.

La verdad es que no se si reír o llorar con todo esto, pero si las bases peperas andan así apañados vamos.

No cuentan porque el bueno de Don Juan Vicente no quiere ver ni en pintura a Mañueco ocupando su sillón. Nada dicen de por qué o por quien el salmantino sigue siendo secretario general regional de lo populares. O qué motivos y qué personas han intentado enterrar políticamente, y hasta personalmente, a Rosa Valdeón. Que digo yo, que ya que había una garganta profunda chivando gustosa información, podía haberse estirado y sacarnos de estas suculentas dudas.

Suena curioso que presenten al alcalde charro como el mesías del partido, el profeta de las buenas gentes populares, eso que llaman las bases. Bajo mi opinión una distorsión alejada, muy alejada de la realidad. Solo hay que echar un vistazo y ver como están las bases del partido en Salamanca. Sin duda un clamor...

Pero lo peor, lo que hay detrás de todo esto, es la manía que le ha entrado a cierta parte del partido de la gaviota, esa que distribuye el juego por las bandas, por contradecir la más esencial norma del mérito y la capacidad. Y es que ascienden a quienes por decirlo suavemente, dilapidan la fortuna electoral y/o destilan formas de gobierno preocupantes. Y cortan la cabeza a aquellos otros que ven como un peligro, por sus logros y formas de gobernar más cabales.

No importa que Floriano no fuera capaz de rascar bola en Extremadura, lo ascendieron a número tres nacional. Da igual que el zamorano Maíllo, como presidente popular de su provincia y mandamás de la Diputación, perdiera importantes municipios. Y que su capital pasara de una mayoría absoluta, por cierto con Valdeón de cabeza de cartel, a ser gobernada por Izquierda Unida. Que más da. Van y lo nombran número tres nacional en sustitución de Floriano.

Y ahora nos quieren presentar a Mañueco como el candidato del pueblo popular y el preferido por Génova. El mismo que en cuatro años se dejó seis concejales por el camino, que ya son concejales. O que duplica cargos sin rubor alguno, para intentar no perder comba de la carrera sucesoria? Y solo son dos ejemplos.

Atrás quedaron esos tiempos donde la buena labor de un presidente autonómico lo elevaba a la primera fila de la política nacional. O cuando se pasaba de un ministerio a encabezar una lista autonómica con el objeto de reforzar los resultados del partido.

Lo que está claro es que en esta nuestra comunidad, se está jugando una partida en la que algunos llevan años moviendo fichas o al menos intentándolo. Pero les digo una cosa, nada es lo que parece.

Quizás todo esto forme parte del juego de los medios de comunicación, al fin y al cabo no deja de ser una noticia de uno de ellos. Lo que es cierto es este tipo de cuestiones si forman parte de la trastienda politica. Esa misma con la que algunos pretendieron oscurecer la falta de Valdeón, y ahora otros intentan blanquear la ambición.

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