ECONOMíA
Actualizado 25/09/2016

El autor del libro 'La gran estafa de los preferentes', alerta de que vuelve una situación peligrosa por los tipos bajos y pide más poder ante la banca de los supervisores

Andreu Missé (Barcelona, 1947), director de Alternativas Económicas, acaba de publicar 'La gran estafa de las preferentes', la crónica de un atropello que ha afectado a cientos de miles de personas cuyos ahorros quedaron atrapados y, en gran parte, perdidos. El libro pretende poner al descubierto la estrecha vinculación que existía entre los abusos bancarios y las características del actual sistema financiero.

Dice en su libro que las preferentes han sido la mayor estafa financiera en España.

El número de personas afectadas en preferentes y otros productos híbridos puede llegar al millón. La mayoría tenían sus ahorros a plazo fijo y cuando los bancos y cajas necesitaron recapitalizarse les propusieron llevarlos a este producto diciéndoles que era muy seguro y con liquidez, pero sin advertirles del riesgo de que podían perder el interés e incluso el dinero. Los primeros que rescataron a los bancos y cajas de ahorros fueron estos preferentistas.

Los preferentistas de las entidades rescatadas han sufrido importantes quitas. ¿Había respaldo legal europeo para imponerlas?

Hay muchos economistas que cuestionan el principio de las quitas. El Eurogrupo las exigió pero cuando se hizo no había ninguna ley europea que autorizara su aplicación. El Gobierno se podía haber negado. España fue un conejillo de indias porque se utilizó para hacer, un año después, en mayo de 2015, una directiva donde se establecen esas quitas. Y hasta enero de este año no ha entrado en vigor. En Italia, que tiene un problema parecido con cientos de miles de preferentistas, el Gobierno no lo quiere aceptar incluso existiendo ya la ley. Aquí hay mucha confusión;_se ha creado un falso dilema sobre quién tiene que pagar la crisis: ¿el inversor o el contribuyente? Planteado así dirías que el inversor, pero es que aquí no estamos hablando de inversores sino de ahorradores que no eran conscientes de nada. Y el Gobierno lo sabe porque ya hay muchas sentencias.

¿Han sido excesivas las ayudas públicas a la banca?

La cuantía de las ayudas públicas no es lo relevante en esta crisis, sino las pérdidas en esas ayudas. En Estados Unidos, cuando ocurrió la quiebra de Lehman Brothers, se reunieron rápidamente las autoridades económicas y en tres semanas pusieron en marcha un paquete de 700.000 millones de dólares para sanear y nacionalizar bancos, compañías de seguros, de automóviles... Allí, no tan sólo no le ha costado nada al contribuyente sino que han obtenido 50.000 millones de dólares más que las ayudas concedidas. Aquí, Bankia ha pedido 24.000 millones formalmente pero como es pública y tiene beneficios igual va a devolver 20.000 que 30.000 millones, y será en más años. Por eso no hubiera hecho falta el sacrificio que aplicaron a los afectados de preferentes de Bankia.

¿Puede volver a ocurrir un suceso semejante al de las preferentes?

Estamos en una circunstancia muy peligrosa por un factor nuevo y es que la bajada de los tipos de interés ha situado a la banca en una situación imposible. Los bancos, si no tienen margen, es muy difícil que puedan hacer su actividad y eso les empuja a hacer otra vez productos nuevos. Ahora el tipo de interés medio del ahorro es del 0,20%. Sería mejor que explicaran a los ciudadanos que no pueden pagar más por las medidas del BCE para estimular la economía, pero vuelven a hacer productos ofreciendo mayor interés. Es fundamental que se avise de lo que tiene garantía del Estado y lo que no.

¿Que habría que hacer para evitar ese tipo de abusos?

Lo primero que habría que hacer es fortalecer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que es el organismo que tiene que proteger a los ahorradores y a los inversores. Porque su capacidad frente a los bancos es muy pequeña en una relación muy desproporcionada. En ningún país de Europa los organismos reguladores y supervisores son tan débiles. España tiene una asignatura pendiente: el sector financiero no está suficientemente regulado, vigilado, ni supervisado por falta de poder del supervisor y del regulador. Es fundamental potenciarlo con más inspectores y con una capacidad sancionadora mucho más potente. Estamos viendo que al Deutsche Bank las autoridades de Estados Unidos le van a poner una multa de 12.500 millones de dólares (11.134 millones de euros) y aquí las multas que ha impuesto la CNMV nunca han superado los 10 millones de euros. En 2015, todas las multas que pagaron las entidades en España no pasaron de 25 millones.

Hay mucho sufrimiento tras los casos de preferentes.

Cuando he abierto los ojos es cuando los afectados me explicaban qué les pasó. Estoy hablando de personas muy humildes, siempre rozando la pobreza. Siempre hay un sector de la sociedad más desprotegido.

Fuente El Norte de Castilla

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