Soñar despierto es una premisa para desarrollar el espíritu creativo. ¿Sabéis por qué? Porque cuando no pensamos nada en particular ni esperamos nada concreto de una situación es cuando mas abiertos estamos a descubrir cosas nuevas.
Mientras que la vida moderna se empeña en no dejarnos ni un minuto libre para soñar despiertos - el trabajo, el teléfono móvil, las redes sociales-, el darnos un momento para respirar, coger un libro, relajarnos en un sillón o no hacer absolutamente nada, es estrictamente necesario. Regalarnos ese tiempo, en definitiva, aburrirnos para ser mas creativos.
Y una vez que hemos llegado a este proceso no vale solo con pensarlo: hay que traducirlo, tomar la idea que te ronda en la cabeza y transformarla en una acción. Una acción útil, valiosa, significativa en un contexto para un publico determinado. Y es aquí donde llega lo importante porque se puede ser creativo en casa y en el trabajo. Al leer con un niño y al solucionar un problema con un adulto. Aplicar la creatividad profesional y la personal. La vida cotidiana, sin ir mas lejos, es uno de los principales escenarios para desarrollar y aplicar la innovación y la solución de problemas. Como dijo Freud "dos sellos distintivos de una vida sana son las capacidades de amar y trabajar". Ambas requieren imaginación. Y creatividad.
Si queréis profundizar en el tema os recomendamos la lectura de El espíritu creativo de Daniel Goleman, una interesante propuesta para trabajar la creatividad y entender su vital importancia en nuestras vidas.
Y si os apetece ser creativos con nosotras aún estáis a tiempo de apuntaros a nuestra última propuesta formativa, "Tenemos un plan?¡de lectura!", que desarrollaremos en nuestro espacio los días 28 y 29 de septiembre de 17 a 20h. Podéis ampliar información en unpuntocurioso@gmail.com
¡Feliz y creativo domingo, curios@s!
Rebeca Martín