Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad. (Papa Francisco en Evangelii Gaudium).
Si la Asamblea Diocesana puede entenderse como una parábola de alegría, también es posible recibirla como una profecía de sueños que habla directamente al corazón, resuena en la mente y empuja a las manos hasta abrirse, y a los pies hasta desgastarse por los caminos. El Espíritu ha ido soltando la lengua y sosteniendo la voz de muchos a lo largo de los dos últimos años, y lo sigue haciendo en las plenarias y en los trabajos de grupo que han convertido Calatrava durante estos días en "la estancia superior", el cenáculo que acoge la Pascua renovada por Jesús y el nuevo Pentecostés junto a María.
En sueños, por medio de ellos, ha hablado Dios desde antiguo. Del sueño del hombre completó la Creación. Mostró a Jacob la escalera de seguros peldaños. Iluminó a José y a Daniel con el don de descifrar su significado. Bendijo a Salomón con la sabiduría. Aconsejó al esposo de María obrar con justicia y prudencia. Desde el sueño en la barca calmó la tempestad y del sueño rescató a la hija de Jairo. Contra el sueño avisó en Getsemaní y alertó a Pilato a través del sueño de su esposa. Siempre despierto para amar, Jesús, en quien se cumplen todas las profecías, es ya su última y verdadera palabra, la Palabra, clave de interpretación y guía de discernimiento.
Vueltos a Jesús para salir de nosotros mismos, abandonando las endebles seguridades de lo institucional pero acentuando las arriesgadas apuestas de lo comunitario, amando la Tradición mientras nos desatamos de las rutinas, seguimos soñando en camino de Asamblea. "Algo nuevo está brotando", aunque apenas haga ruido, aunque no sea fácil notarlo, aunque todavía no deslumbren las tiernas yemas de una eterna profecía que hoy se cumple, "el año de gracia del Señor".