Se confirmó el pronóstico y el hasta ahora viceportavoz del grupo popular,Juan José Sanz Vitorio, fue ungido ayer por el dedo de Juan Vicente Herrera para cubrir la portavocía vacante por Carlos Fernández Carriedo, desde la pasada semana nuevo consejero de Empleo. Un nombramiento, al igual que el de los demás miembros de la dirección del grupo parlamentario, decidido por el tripresidente Herrera (lo es de la Junta, del PP en Castilla y León y del propio grupo popular de las Cortes), ignorando olímpicamente lo dispuesto en los propios Estatutos del partido, que, tal como les contaba ayer "El topillo", atribuyen dicha prerrogativa al Comité Ejecutivo del partido en la comunidad.
Tras perpetrar ese "dedazo", a Herrera le esperaba un tenso cuerpo a cuerpo en el pleno de las Cortes con el portavoz socialista, Luis Tudanca, el único grupo de la oposición que ha decidido no pasar por alto la resistencia de Rosa Valdeón a renunciar a su escaño de procuradora. La ex vicepresidenta de la Junta, situada en la primera fila de la bancada popular, donde estuvo flanqueada por los otros dos compañeros de la cada vez mas teórica terna sucesoria, Alfonso Fernández Mañueco y Antonio Silván, escuchó las gruesas descalificaciones que a cuenta de su caso se dedicaron Herrera y Tudanca. Uno le llamó al otro "presidente agónico" y el otro al uno "zombi político".
A decir del portavoz de Podemos, Pablo Fernández, ambos protagonizaron todo un "circo", al que no se sumó el portavoz de Ciudadanos, Luis Fuentes, quien sin embargo una tarde más bordó el papel de payaso. No solo tuvo la ocurrencia de suscitar el manido asunto de la regeneración democrática sin solicitar la renuncia de Valdeón a su escaño parlamentario y no decir ni pío de unos nombramientos como los deJosé Antonio de Santiago-Juárez y Fernández Carriedo, que entre ambos acumulan mas de 50 años ocupando cargos públicos en las instituciones autonómicas, o del escarnio que para el conjunto de la oposición supone el ascenso de Sanz Vitorio. Además de eso, Fuentes volvió a pifiarla al reclamar del PP su apoyo a la supresión del aforamiento de los procuradores, sin haberse enterado de que ello ya figuraba en el borrador de reforma del Estatuto propuesto en su momento por la Junta.
Pero si lo de Fuentes no tiene enmienda, menos aún el tono pendenciero y faltón del nuevo vicepresidente de la Junta, quien, en su enganchada con la socialista Virginia Barcones se supero a sí mismo, y, basándose en el hecho de que accedió al escaño tras la renuncia de otra compañera que le antecedía en la lista electoral, se permitió cuestionar la legitimidad democrática de dicha procuradora. No contento con eso arremetió con su habitual mal estilo ?y sin mencionarla para que no pudiera pedir la palabra por alusiones- contra la vicepresidenta socialista de la Mesa de la Cámara,Ana Sánchez. Tras su ascenso en el escalafón, lejos de contenerse, parece que De Santiago-Juárez está dispuesto a brindarnos grandes tardes parlamentarias.