Las piscinas colgaron el cartel de fin de temporada, ya no se oyen gritos de niños por las mañanas en los parques, se nos van las ferias y vuelven los de los pueblos, guardamos el bañador y sacamos las
pasminas.
Y es que la vida es así, un constante cambio. Si todo el año fuera verano... nunca lo echaríamos de menos... y ahora lo que tenemos que hacer... ¡Es empezar a soñar con el siguiente!