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FERIA DE SALAMANCA
Actualizado 14/09/2016
María Fuentes

Un buen encierro de El Pilar permitió que la Glorieta se empapara de la torería innata de Ponce, la entrega de Castaño y la verdad de José Garrido

La verdad en el toreo no se intuye. La verdad en el toreo aprieta almas, emana sentimientos, cala dentro y hace sentir. Cuando esa verdad la sientes como tuya y ejecutarla te lleva sudor y lágrimas, sabes que la gloria la has rozado por algo. Por eso, sabe Enrique Ponce que en sus dominios esa verdad estalla, que cuando ofrece el pecho por abajo nace ese sentir torero que da la experiencia y le permite saborear las embestidas sin prisas y sin urgencias. Ponce ya no tiene que correr. Tiene que deleitar consciente de que toda una vida en esto sirve para engrandecer.

Apostó Ponce en el abreplaza por la profundidad tras el minuto de silencio que guardó la Glorieta en honor al fallecido Alipio Pérez Tabernero. Dio rienda suelta a su clase innata cuando le recetó dos lances de clase a la verónica y una media en el saludo capotero. Brindó a Javier Castaño y se rompió dándole la muleta a media altura, templando con la diestra donde firmó los mejores pasajes. Tuvo calidad el del Pilar. Mucha estética y primer premio.

Ante 'Bellito' creció en pureza y verdad por momentos la obra, bello trazo a base de mimo y toques suaves que engarrotaron almas, y es que esos sublimes cambios de mano solo él sabe hacerlos. Y se gustó, y haciendo el toreo encajado al natural aquello iba fluyendo. Brindó series diestras de verdad y encaje mientras que el animal de El Pilar seguía humillando con codicia, para culminar con un fin de tarde en volandas y cautivar tierra charra.

Un ajustado quite por chicuelinas de José Garrido dio el aviso de que éste venía a Salamanca a dar la talla. A su ansia de triunfo no le importó toparse con el más deslucido del encierro en su presentación en La Glorieta porque cada vez que el extremeño pisa un ruedo tira de asiento y serenidad. Es consciente de que hay que justificarse cada tarde. Lo hizo ante 'Resistente' que le faltó raza y se paró pronto y siguió en esa misma línea de empeño ante 'Alambisco. Éste sabe lo que quiere y no piensa permitir que nadie le coma la merienda, porque Garrido no sólo tiene raza, tiene valor y tiene gusto, quiere torear con ritmo y sabe hacerlo desde la colocación y el toque suave cuando meció a la verónica bajando el mentón, cuando arrancó hoy embestidas por ambos pitones encajado y con verdad aunque en el primero los aceros le robaran el premio y en su segundo, una, que se ganó a base de verdad para rematar con unas bernardinas finales entre pitones de quién sabe que cada tarde no le queda otra que arrimarse como un perro porque está en el elenco de los 'nuevos' que han venido a revolucionar esto y no piensa dar un paso atrás.

Adelante dio un paso Javier Castaño cuando rompió el paseíllo y su plaza le tributó una profunda, rotunda y sonora ovación conscientes de que su empeño y desgarro por amarrarse al tren de la vida ha engrandecido la Fiesta. Por esto, solo por esto, Castaño tenía que haber estado anunciado en esta Feria desde el minuto cero. Castaño no miente cuando toca los vuelos, porque tiene una carrera lograda a base de pundonor, y tal vez ahora no esté en su mejor momento, él lo sabe, pero es grande en esto, y eso lo sabe también. Se las vio esta tarde con 'Medilonillo', su primero, que humilló con clase desde inicios. Saludó su cuadrilla en el tercio de banderillas y genuflexo inició el salmantino la faena de maleta. Pedía temple y mano baja. Buen pitón derecho tuvo este de El Pilar que obedecía a los toques de Castaño con trasmisión. No llegó el lucimiento del salmantino que provocó después la tensión cuando cayó al suelo al entrar a matar y recibió un fuerte golpe en la zona testicular para pasar a la enfermería. En nada quedó y volvió a la lidia del quinto. Había que dejársela muy puesta a 'Potrico' que tenía movilidad y ritmo. Se la puso Castaño por ambos pitones y selló una faena intermitente donde los mejores pasajes vinieron al natural, queriendo siempre y muy firme para culminar con una entera que provocó que Castaño no se fuera vacío de su plaza cuando sintió el calor en forma de oreja, mismo instante en que no dejaba de azotar el frío.

En la retina, hoy, esos remates sublimes del maestro de Chiva, esa despaciosidad en los toques que nacieron de una mente que se ha hecho gigante, que funciona porque susurra muy alto su toreo, que emana de un hombre incombustible que compone al son de la estética y la torería, esa que muchos sueñan, esa que debe ser espejo donde mirarse.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Glorieta, Salamanca. Tercera de Feria con frío en los tendidos. Corrida de toros. Media entrada.

Seis toros de El Pilar. Bien presentados, astifinos, con codicia y clase. Mejores 2º y 4º y 6º.

Enrique Ponce, oreja y dos orejas

Javier Castaño, ovación y oreja.

José Garrido, silencio y oreja.

Saludaron Marco Galán, Fernando Sánchez, José Luis López y Javier Valdeoro

FOTOS: ADRIÁN MARTÍN

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