Mucho me temo que con estas leyes, cada vez le será más difícil a aquella ardilla, cruzar la península de árbol en árbol, eso sí, ahora podrá hacerlo de tejado en tejado, aunque no creo que sea una ardilla, será más bien una garrapata y nos traerá infec
En los veranos de los ochenta los incendios eran la pesadilla que nos atormentaba a diario, hasta que el Gobierno de turno se decidió a tomar partido. Recuerdo aquella campaña de "todos contra el fuego": multitud de famosos cantando juntos y dándonos consejos para que los montes abrasados dejaran de ser el paisaje más común en toda España. Se cambiaron las leyes para que nadie pudiera lucrarse con la desgracia de todos, y, durante muchos años, parecía que por fin se le iba ganando la batalla a los pirómanos, que se convirtieron en unos indeseables a los que se consideraba "el enemigo público número 1".
Pero entonces llegó la crisis.
Uno de los primeros recortes fue en prevención, también de incendios. Como no había dinero para según qué cosas, se dejó de contratar a los brigadistas que limpiaban los montes en primavera. Luego, en verano, nos gastamos el triple o más en la extinción. No sé cómo hacen ellos las cuentas, a mí estas tampoco me cuadran.
Luego vinieron las leyes, en 2013 la Ley de costas y todas las que nos han ido quitando derechos poco a poco, para acabar, en materia forestal ya en 2015, con la Ley de Montes que permite construir "por interés general", mediante la recalificación de los terrenos que hayan sufrido un incendio.
Claro, el monte yermo pierde interés ecológico, así que en vez de replantar árboles autóctonos, mejor legalizamos la especulación urbanística, para volver a inflar la burbuja inmobiliaria que tanto interés "general" ha tenido para constructores e inversores varios, porque para la gente de a pie, que nos quiten los bosques y nos den casas que luego nos van a quitar también en cuanto las cosas vengan mal dadas, mucho interés no es que tenga, ni siquiera económico, cuanto más medioambiental.
Pero eso a ellos no le importa: que nos quedemos sin zonas verdes, a los depredadores de los fondos buitres le trae al fresco, aunque en vista de las últimas elecciones, ese interés, el del IBEX35, debe de ser un interés más general de lo que yo creía.
Mucho me temo que con estas leyes, cada vez le será más difícil a aquella ardilla, cruzar la península de árbol en árbol, eso sí, ahora podrá hacerlo de tejado en tejado, aunque no creo que sea una ardilla, será más bien una garrapata y nos traerá infecciones cada vez más raras.