Esta región contaba con 202.718 afiliados al finalizar julio
Habrá que esperar a ver cómo acaba el año, qué números ofrece el tercer trimestre y sobre todo el cuarto. Pero si se acaba en positivo, si se recuperan algunos miles de afiliados que detengan la sangría que se produjo en los trabajadores por cuenta propia en Castilla y León no solo entre los años 2008 y 2013 (los más duros de la crisis), sino también en el pasado 2015 y en los primeros meses de 2016, las organizaciones de autónomos podrán hablar de 'éxito', entrecomillado, pero un indicativo esperanzador al fin y al cabo.
La presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León, Soraya Mayo, también reclama la inmediata formación de un nuevo Gobierno -«sería un espectáculo ir a unas terceras elecciones, aunque no me sorprendería nada», advierte-, al percibir que la inestabilidad política genera entre sus asociados «incertidumbre, hartazgo y hastío». Para Soraya Mayo, la ilusión y el interés por la política que se habían generado hace solo un año, se han diluido. «Llevamos casi un año paralizados, sin saber si van a aumentar los impuestos o no, si se van a rebajar o no las cotizaciones a la Seguridad Social o si van a derogar la reforma laboral. Hay miedo a que cambien las reglas a mitad del partido», agrega.
La presidenta de ATA no duda al afirmar que la falta de un nuevo Gobierno influye en la recuperación de la economía. «El miedo paraliza, y el dinero es muy miedoso, lo que motiva que no se mueva. Habría que analizar también el coste de oportunidad de lo que estamos dejando de ganar, aunque eso sea complicado», manifiesta.
ATA espera a que haya un Ejecutivo para presentarle sus propuestas, como que los autónomos coticen por los rendimientos netos que reciben o poder cambiar de base de cotización cuatro veces al año. «Tenemos toda una batería, el nuevo Gobierno no se va a aburrir».
Los datos de los últimos meses parecen atisbar una ligera recuperación en el número de afiliaciones en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en la comunidad de Castilla y León, como prueba que al finalizar el pasado julio se contabilizaran 202.718, lo que supone 1.230 más que solo tres meses antes, al acabar abril, cuando se registraban 201.488. En mayo, fueron 202.054 y en junio, 202.541.
La tendencia alcista hacia la recuperación, aunque tímida, también se denota si se comparan las afiliaciones entre abril de 2008 (con el inicio de la crisis) y abril de 2016 y entre los meses de julio de ambos años. La región había perdido 21.667 afiliados en ocho años en el primer caso (una caída del 9,7%, de 223.155 a 201.488), mientras que en la segunda comparación el descenso ya solo fue de 19.971 (8,97%, de 222.689 a 202.718).
Mejor en España
La estadística de julio entre 2008 y 2016 no favorece a Castilla y León si se observa la evolución del mes año a año (como muestra la tabla de la derecha), sobre todo si se compara con la de España y si se observa que los 202.718 autónomos contabilizados el pasado julio nos retrotraen casi a los 202.420 del año 2013, después del repunte de julio de 2014 (203.817) y de 2015 (203.956). El crecimiento de las afiliaciones entre mayo y julio de este año y la menor disminución de afiliados en la comparativa en julio entre 2008 y 2016 es lo que ahora alimenta la esperanza, aunque es en el conjunto nacional donde se siente con más fuerza la remontada.
Aunque en el pasado julio, el conjunto de España registró 1.143 autónomos menos que en el mes de junio (3.204.923 frente a 3.206.336), esa leve caída del 0,04% no empaña el progresivo aumento de afiliados de trabajadores por cuenta ajena que el conjunto nacional registra en los tres últimos años, desde los 3.041.219 de 2013 a los 3.204.923 del último julio (como evidencia la tabla superior). España contaba en julio con 39.111 afilados más que en abril (3.165.812), pero además las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social también denotan un comportamiento mejor en la comparativa de los meses de abril y julio entre 2008 y 2016. Los afiliados en abril del año 2008 eran 3.406.355, que descendían hasta los 3.165.812 en ese mes de este año (240.543 afiliados menos y un descenso del 7,1%), mientras que la diferencia en julio de ambos años de los profesionales por cuenta propia era ya solo de 185.670, lo que supone un menos 5,48%.
Peculiaridades de la región
Soraya Mayo, la presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León (la organización más representativa entre los trabajadores por cuenta propia, según la última medición que ha realizado la Dirección General del Trabajo Autónomo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social), prefiere esperar hasta final de año para confirmar si esa tímida recuperación de autónomos se consolida, aunque sí avanza algunos factores que pueden explicar las causas de que en la comunidad, al margen de la crisis, vaya más lenta. «Hay que tener en cuenta tanto condicionantes económicos como culturales para comparar a nuestra región con otras de España. Lo primero es que los autónomos de aquí vivimos fundamentalmente del consumo local, del interno. Aunque es cierto que hay profesionales que exportan o venden y prestan servicios para otras comunidades autónomas, el 70% trabajan para Castilla y León, que es una comunidad envejecida, que pierde población, que es rural y dispersa, y con tendencia al ahorro, no al gasto. Creo que todas estas cuestiones, además del factor puramente económico, no ayudan en absoluto», apunta.
España mantiene un aumento constante de autónomos en los tres últimos años
Soraya Mayo también señala que el éxodo de jóvenes castellanos y leoneses (y cada vez más, no tan jóvenes) hacia otras autonomías en búsqueda de mejores oportunidades motiva que haya menos personas para montar empresas en la región. «Además, también tenemos que tener en cuenta, aunque en este aspecto puede considerarse un factor positivo, en los últimos meses se ha movido más la contratación por cuenta ajena, y hay muchas personas que prefieren ser asalariados a arriesgarse por su cuenta», concluye.
Fuente El Norte de Castilla