Esta semana hemos podido ver en el Congreso de los Diputados las dos votaciones por las que Mariano Rajoy ha intentado ser investido Presidente del Gobierno nuevamente, con el rechazo de la Cámara tanto el miércoles como el viernes.
Se abre ahora un escenario de dos meses (hasta el 31 de octubre como fecha límite) para que, si algún candidato se cree con capacidad para ello, recabe los apoyos necesarios para ser investido presidente.
Esto supone que, una vez que Rajoy ha sido rechazado por la mayoría del Congreso, es el turno para que Pedro Sánchez (el del PSOE, no el alcalde de Lumbrales) intente recabar apoyos en este sentido, aunque a día de hoy tampoco se ha pronunciado sobre qué alternativa de gobierno quiere buscar, principalmente con quién y cómo.
En todo caso, una hipotética investidura de Sánchez se presenta a priori tan complicada como la de Rajoy, pues tampoco alcanzaría en principio los 176 escaños necesarios para poder ser investido presidente, salvo sorpresa mayúscula.
Si su idea respecto a marzo no ha cambiado, la idea de Pedro Sánchez sería la de articular una mayoría parlamentaria que englobase a PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos, que se traduciría en 188 escaños y que, por tanto, sí daría para sumar los apoyos necesarios para formar dicho gobierno, pero que se antoja incluso con menos posibilidades de éxito que su primer intento de investidura en marzo.
Y es que en la votación de marzo, Sánchez llegó a alcanzar los 131 escaños de apoyo, fruto del sí del propio PSOE, de Ciudadanos, de Coalición Canaria (CC-PNC) y de Nueva Canarias (NC). Sin embargo, el retroceso electoral de PSOE y C's en junio haría que, de repetirse esos apoyos, los escaños que le apoyasen sumasen apenas 118, por debajo incluso de los 134 que posee el grupo del PP en el Congreso, y desde luego, muy lejos de los 176 necesarios.
Tampoco le saldrían las cuentas si solo aunase los apoyos de Unidos Podemos y sus confluencias, pues con ellos sumaría 156 escaños, 22 por encima del PP, pero a veinte aún de los necesarios para ser investido.
En este sentido, desde Unidos Podemos han señalado a Pedro Sánchez que busque el apoyo de los nacionalistas, aunque en el caso de los catalanistas, que suman 17 escaños en total, la condición para dicho pacto es la celebración de un referéndum de autodeterminación para Cataluña, algo que parece casi imposible que acepte el PSOE, salvo que quieran abrir en canal a su propio partido.
En todo caso, el mayor problema que está habiendo son los vetos que se están imponiendo los propios partidos de cara a apoyarse o, cuanto menos, a abstenerse. En este sentido, la idea de Pedro Sánchez de sumar PSOE-Unidos Podemos-Ciudadanos parecería condenada al fracaso por las posturas de quienes deberían ser sus socios, pues Ciudadanos ya ha dicho que no facilitará un gobierno PSOE-Unidos Podemos, postura que tiene su paralelismo en la formación morada, que ha manifestado que no apoyará un gobierno con Ciudadanos.
El PP, por su parte, votó en marzo en contra de la investidura de Sánchez, enrocándose en una postura de rechazo total a un gobierno que no estuviese encabezado por Rajoy (pese a que entonces el líder del PSOE, por su pacto con C's, sumaba más apoyos que Rajoy). De este modo, la no abstención de los populares (que ahora reclaman ejerza el PSOE) desencadenó unas segundas elecciones en las que, curiosamente, el PP creció considerablemente en votos y escaños. Ahora, sin embargo, el PSOE le está pagando a Rajoy con la misma moneda que le dio el PP a Sánchez en marzo.
Por otra parte, hay que valorar también qué papel jugarán las elecciones autonómicas en País Vasco y Galicia (que tendrán lugar el 25 de este mes), ya que sus resultados pueden condicionar en parte lo que se acuerde en Madrid, como podrían estar condicionando ya algunas de las actuales posturas. En este sentido, si el PNV precisa del apoyo del PSOE en el parlamento de Vitoria, es posible que se haga un "cambio de cromos" y le apoye en Madrid. Aun así, las cuentas no saldrían ni de esa manera.
Y es que, en un parlamento tan ajustado en la confrontación de bloques izquierda-derecha, los partidos nacionalistas, que suman una treintena de escaños en total, están siendo claves, de tal manera que toda investidura que conlleve el voto en contra de dos de los partidos nacionales está condenada al fracaso, salvo que haya un pacto entre los dos mayores, PP y PSOE, o un imposible acuerdo PP-Unidos Podemos.
Entre los diputados nacionalistas, no obstante, hay que señalar que el de Nueva Canarias fue elegido en coalición con el PSOE (aunque se integra en el Grupo Mixto), y otro tanto podemos decir de los diputados de Compromís, que fueron elegidos en coalición con Unidos Podemos (aunque no se hayan integrado en su grupo parlamentario tampoco).
Y lo mismo se puede decir de los tres diputados regionalistas, de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Foro Asturias (FAC), que fueron elegidos en el seno de coaliciones electorales con el PP, que también se dieron en Aragón con el Partido Aragonés Regionalista (PAR), que logró representación en el senado de este modo, donde posee dos senadores.
Escaños por partido en el Congreso de los Diputados
| Número de escaños | % de escaños | % de votos |
PP | 134 | 38'3% | 32'6% |
PSOE | 84 | 24'0% | 22'7% |
Unidos Podemos | 67 | 19'1% | 21'1% |
Ciudadanos | 32 | 9'1% | 13'1% |
ERC | 9 | 2'6% | 2'6% |
PDC | 8 | 2'3% | 2'0% |
PNV | 5 | 1'4% | 1'2% |
Compromís | 4 | 1'1% | * |
UPN | 2 | 0'6% | 0'4% |
EH Bildu | 2 | 0'6% | 0'8% |
FAC | 1 | 0'3% | * |
CC-PNC | 1 | 0'3% | 0'3% |
NC | 1 | 0'3% | * |
Sea como fuere, este reparto de escaños permite poco margen para la investidura de un candidato, y todo parece llevarnos a unas nuevas elecciones, salvo sorpresa mayúscula en la que deberían darse alguno de los siguientes supuestos:
1) Que el PP logre convencer al PSOE para una futura abstención.
2) Que PP y PSOE pacten la 'gran coalición'.
3) Que el PP logre convencer a la antigua Convergència para que le apoye.
4) Que el PSOE logre convencer al PP de que se abstenga tras un pacto PSOE-Unidos Podemos.
5) Que el PSOE logre convencer a Ciudadanos de que se abstenga tras un pacto con Unidos Podemos y PNV.
6) Que el PSOE llegue a un acuerdo de investidura con Unidos Podemos y Ciudadanos.
7) Que el PSOE llegue a un acuerdo de investidura con Unidos Podemos y las fuerzas nacionalistas.
Son estos varios supuestos en los que sí saldrían las cuentas, pero que se antojan casi imposibles por los condicionantes que acarrean, y que se resumen en:
En todo caso, como dato esperanzador en caso de que hubiese que repetir elecciones, cabe señalar que todos los partidos políticos se han posicionado a favor de cambiar la legislación con urgencia para que, de haber nueva cita con las urnas, ésta no tenga lugar en Navidad. En este sentido, cabe cuestionarse si la espera temporal que hubo para fijar el debate en esta semana, se hizo a mala intención por parte del PP de cara a presionar con la amenaza de elecciones en Navidad.
Habrá que ver si la llegada del otoño nos reserva sorpresas y se forma gobierno o si, por el contrario, toca volver a las urnas.