Esto se está convirtiendo en el cuento de nunca acabar. La única evidencia es que reinan los intereses personales ante los sociales. Tiene bemoles que hasta un periódico de primera línea internacional aconseje la creación de un gobierno ya, y los representantes del egoísmo y la necedad, no se den cuenta de ello.
Desde un fuerte grupo de comunicación nacional, desde los barones más importantes de la cuerda dónde él ínclito se sujeta, desde la sociedad, desde no sé dónde se pide a gritos que deje formar un gobierno y después ejerza una oposición feroz, con la que logre, poder cambiar las tornas y asentarse en su ansiada jamuga.
Lo más triste, para las almas en pena que pululamos por nuestro país, España, es ver, sentir, una y otra vez la falta de respeto hacia los ganadores en las urnas. Me parece fantástico la llegada a acuerdos, el cumplimiento de números y plebiscitos para poder gobernar, pero llegado al punto en el que estamos ¿no sería más coherente dar el poder a quien se lo otorgó el pueblo y después recuperar el camino perdido desde la congruencia?
¿Saben? repiten en España lo que ocurrió en algún país allende de los mares en los últimos comicios "ganados" por un "demócrata empedernido", pero al revés.
Utilizan las mismas armas : bloqueando, generando desesperación social y económica, siendo egoístas y necios. A esto han llegado esas amistades peligrosas, que basan su realidad en los mundos de "yupi" y sus amarres en las redes canasteras.
"Todo seguirá igual. Siempre dijimos que esta elección era innecesaria", aseguraban desde las trincheras en las que no conocen la realidad en la que estamos viviendo, y son los mismos que nos quieren llevar a indigestarnos con los polvorones y las papeletas. Los únicos beneficios que cuentan para estos opositores al mundo incorpóreo son aquellos que se puedan contabilizar en las arcas individuales, el resultado del referéndum, hablando en plata, se la suda; saben perfectamente el intríngulis de nudos y reatados que hay en el camino y de que sólo ellos pueden desenmarañar.
El egoísmo, la necedad y la mentira que mueve a ese sector se vislumbró en el momento que desde sus propagandas ofertan una realidad virtual, y desde su realidad se contraponen a la vida que ellos intentan acomodar en nuestra sociedad.
Quizás con la llegada de las bajas temperaturas y la caída de la hoja, algunos se den cuenta que todo era reacción a la "pastillita colaborativa" y que sin ella el ojo que todo lo ve apunta sólo a nuestros pies.