La agente alegó que con el tipo de chaleco ponía en riesgo su seguridad al impedir el acceso a las herramientas de trabajo
El pasado mes de agosto una agente de la guardia civil, la cual lleva 24 años dentro el Cuerpo, desatendió la orden de un superior que la obligaba a ponerse un chaleco de hombre de talla grande. La agente alegó que con ese chaleco no podía desempeñar bien sus funciones y que ponía en riesgo su seguridad al impedir el acceso a las herramientas de trabajo. El resultado de esta decisión ha supuesto la instrucción de un delito militar de insubordinación, que supone que la agente pueda terminar en una cárcel militar.
Para el Colectivo Feminista Trece Rosas, "llegar a esta situación supone no tener en cuenta las diferentes necesidades de mujeres y hombres en el puesto de trabajo". "Creemos que cualquier profesión tiene que tener adaptadas las herramientas de trabajo al sexo y género de cada persona, por lo que en este caso entendemos que deberían exigir
chalecos antibalas para mujeres para que puedan ser usados por las agentes y evitar que ellas asuman el coste de este equipo individual de protección, como hasta ahora han venido haciendo algunas, sin que supusiera ninguna sanción".
Trece Rosa considera que hay que visibilizar que todas las profesiones pueden ser desarrolladas por mujeres y hombres y con este tipo de actitudes muchas mujeres pueden dejar de considerar las fuerzas y cuerpos de Seguridad como una salida profesional.
"La realidad actual es que sigue existiendo una segregación ocupacional de carácter horizontal, que determina que haya profesiones ocupadas por mujeres mayoritariamente y otras mayoritariamente por hombres. Esta segregación debería ser eliminada y deberíamos optar por un modelo laboral donde hombres y mujeres estuvieran representados en igual medida en las diferentes profesiones".