Al general Pierre Cambronne se le atribuye una anécdota que ha quedado en el imaginario francés como sinónimo de exabrupto y cabezonería. Cuando los ingleses que habían derrotado a su ejército en Waterloo le instaron a rendirse, él se negó repetidamente. El comandante del ejército vencedor le dio entonces un ultimátum y Cambronne respondió ¡Merde!
¡Mierda! es desde entonces para los franceses mot de Cambronne (palabra de Cambronne). Dos siglos más tarde (y a la misma edad que aquel tenía a la sazón, 44 años) otro Pierre ?Sánchez? ha convertido el ¡No! en una figura retórica muy singular. La enuncia por triplicado ?¡No, no y no!? y de seguir así será por lo único que pasará a las páginas de la historia pequeña de la política.