OPINIóN
Actualizado 08/08/2016
Ángel Lozano Heras

Si son tan incapaces, particularmente Rajoy o Pedro Sánchez, para articular una salida del bloqueo, pues que dejen paso a otro candidato de su partido, o a un independiente, para que le dejen explorar otras formas de gobernabilidad en torno

El creador de los "diálogos de besugos" fue Armando Matías Guiu, ya fallecido. Redundando en su validez como reflejo de la realidad, reproduzco sus palabras en el libro que en 1989 reunía gran parte de estos diálogos publicados desde primeros de los 80 en la revista Mortadelo: "La política es, a veces, como un diálogo para besugos. Nadie dice lo que piensa. Algunos, no piensan lo que dicen; aquellos, piensan y no dicen; éstos, nadie sabe lo que piensan; de los de más allá una piensa que piensan, pero ellos no piensan que uno piensa".

En esas estamos, en un diálogo de besugos o de sordos. Aquí, en la política española, cada uno va a lo suyo, y lo del interés y el bien de España es una patraña. Los peperos afirman ahora que Rajoy no sabe si se presentará a la investidura. E insisten que si no tiene los suficientes apoyos para qué ir. También proclaman que decir no a Rajoy es decir no al rey ¡Qué caradura e hipócrita ese tal Maíllo, vicesecretario pepero, cuando no hace ni cuatro meses él y todo el PP negaban la gobernabilidad a Pedro Sánchez dos veces seguidas, y se quedaban tan campantes. Y eso que Sánchez fue propuesto por el mismísimo rey Felipe VI a la investidura.

Nadie quiere las terceras elecciones ?dicen con la boca pequeña todos los partidos?, pero bien que le vendrían al PP, que se acercaría mucho a la mayoría absoluta. Y los engaños por hacer teatralidad en las negociaciones es ya política común y cansina. Nadie cede en lo esencial y el PP no va a renunciar a las grandes reformas estrellas de su anterior mandato.

Y aunque logren la investidura de Rajoy, con engaños en los pactos (y que le cedieran unas abstenciones C´s y PSOE para sumar mayoría simple), ¿qué haría luego el PP cuando se vayan derogando sus leyes con los votos de la mayoría de la oposición? Da lo mismo una terceras elecciones en noviembre que una investidura fallida dentro de un año, o año y pico. El PP barrería, ahora o después a plazo corto, con el miedo de que no le dejan gobernar y con el bloqueo de los partidos C´s y PSOE, y la murga continua de los nacionalistas e independentistas. O sea, las terceras elecciones, sucedan en noviembre de este año o del otro, se presentan muy positivas para los populares. Otra cosa sería ya una legislatura fallida de dos años o así, que ya se verían los defectos y agobios de este gobierno minoritario.

Pero de todas maneras Rajoy no puede negarse a celebrar la investidura; sería un sinsentido legislativo. El texto 99, en su artículo 2, habla de que una vez aceptada la propuesta del rey para formar gobierno, el candidato debe presentarse a la investidura en el Congreso. No hay interpretación posible ad hoc, aunque cada jurista quiere arrimar el ascua a su sardina. Y para lo quieren sí es interpretable y para lo que no les gusta, no lo es. A este paso, buscando los resquicios e hilos sueltos de la normativa constitucional, hasta podríamos preguntarnos si el rey es rey o no, según voten los parlamentarios del Congreso. Cuando un artículo emplea el imperativo, el legislador quiso decir que el acto no dependía de la voluntad de quien tiene que cumplir lo que regula sino sería potestativo. Y la norma dice claramente que "expondrá" su programa político y "solicitará" ser investido presidente del Gobierno de España ¿Dónde está la duda? ¿O es que si fuese el candidato de otro partido, los marhuendas y los voceros de turno de la derecha mediática harían sus interpretaciones como les saliera del forro?

Después de 40 días Rajoy aún es incapaz de sentarse a negociar un programa que le aúpe a la presidencia de gobierno. Sigue sin apoyos un mes después del 26J. Y luego amenazan de que la solución son ellos, el PP, o el caos, o unas terceras elecciones catastróficas y desastrosas de proporciones bíblicas.

Si son tan incapaces, particularmente Rajoy o Pedro Sánchez, para articular una salida del bloqueo, pues que dejen paso a otro candidato de su partido, o a un independiente, para que le dejen explorar otras formas de gobernabilidad en torno al cambio y/o a la regeneración de la política y el consenso social.

En este diálogo de besugos, la pachorra de Rajoy puede que gane a la petición de su cabeza por C´s. Claro, que lo hacen de un modo poco explícito y convencido. Hablando de anatomías, a otros no les gusta el culito del guapo Pedro, o le tienen envidia, y así no hay forma que inicie un viraje a la izquierda y al cambio. No solo algunos barones y exdirigentes socialistas se la tienen jurada si da un paso hacia Unidos Podemos. El "búnker" del PSOE le tiene inmovilizado al respecto. Es más, hace unos días en la prensa argentina, asistimos al impresentable proceder de presión mediática del antiguo dirigente sociata (el antiguo Isidoro de la Transición española) que anima y casi obliga a Pedro Sánchez a que se abstenga en segunda abstención para favorecer la gobernabilidad de Rajoy, "aunque no se lo merezca" ¿Este es Felipe González o es un simulacro de burgués barrigudo y oxidado intelectual y políticamente?

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